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Amodio Pérez en conferencia de prensa en el Sheraton













Miércoles 12 de agosto de 2015 - 9:56 hs.

Justicia quiere saber si Amodio sabía cuál era el destino de quienes señalaba



Se suman más denuncias contra Héctor Amodio Pérez. El extupamaro deberá comparecer nuevamente este jueves ante la justicia donde podría participar de otros careos, dado que se pretende determinar si sabía cuál era el destino de quienes señalaba.
El periodista especializado en temas judiciales Walter Pernas explicó en De Ocho a Diez qué es lo que persigue la justicia en el caso de Amodio, dado que el ser acusado del "traidor" es un tema político y no punible desde el punto de vista judicial.
“Amodio sabía que los que caían iban a la tortura y él mismo reconoció que no fue torturado (…) Hay que ver cuánto delito puede caber por marcar a la gente en la calle”, dijo el periodista y continuó: “se busca saber si cuando Amodio señalaba a las personas sabía cuál era su destino o al menos por dónde iban a pasar”.
En el mismo sentido, Pernas detalló que la justicia pretende conocer de qué manera pudo haber participado en la detención que terminaba en la tortura y de la tortura misma. Por ejemplo, con qué preguntas hacer, por dónde había que “apretar” a aquellos que eran detenidos.
Frente a esto, el periodista indicó que si la justicia logra tener elementos de convicción suficientes de que Amodio participó de alguna sesión de tortura y señaló a gente que terminó siendo torturada puede haber un pedido el procesamiento.
Habilitado a mentir
Por otra parte, Pernas aseguró: “Amodio está habilitado a mentir para salvarse”. En ese sentido, manifestó que el sistema de justicia uruguayo ampara a aquel indagado que para salvarse miente.
Ante la justicia
Este jueves, Amodio deberá comparecer nuevamente ante la justicia donde hay muchos testimonios y denuncias en su contra. Además, puntualizó que en esa instancia podría participar de otros careos.

Escuchar aquí el análisis completo

Foto: Santiago Mazzarovich, adhocFotos















Conciencia Corporal

Técnica de la pelota para la Ciatica


En este post te proponemos un ejercicio para liberar el Nervio Ciático, sobre todo cuando tienes ese dolor que tan apenas te deja moverte. Hazlo y veras como se nota un alivio inmediato.
¿Que necesitaras?
Con una pelotita de tenis se alivia de una manera muy eficaz, la ciatica se manifiesta con un pinchazo en el glúteo y refiere al músculo piramidal, un músculo muy corto.

El objetivo de este autotratamiento es liberar el nervio ciático por la presión del músculo piramidal.
Técnica:
Tumbados en tendido supino, colocamos una pelota de tenis debajo del glúteo, en el músculo …piramidal. Hay que situar la pelota lo suficientemente lateral (tal y como muestra el dibujo) para evitar el nervio ciático.
pelota_1


Al colocar la pelota notarás un dolor que irá remitiendo al cabo de unos segundos, 40 ó 60 aproximadamente.
pelota_2
Cambia de glúteo y vuelve a mantener la presión hasta que el dolor desaparezca.
Repite el proceso esta vez tumbado de lado. (Coloca la pelota como muestra el dibujo).

            Un traidor que supera a Amodio
                                  
Un traidor que supera a Amodio

INDISCIPLINA PARTIDARIA, la columna de Hoenir Sarthou: Un google y varias moscas

publicado a la‎(s)‎ 22 jul. 2015 15:46 por Semanario Voces

Lo que quiero decir hoy es resultado de varios hechos, conversaciones e intercambios que han ocurrido y  he mantenido en los últimos días. Así que, para decirlo, tendré que atar a varias moscas por el rabo. No sé si lo lograré, pero voy a intentarlo.

OMAR

La semana pasada, Omar Paganini respondió en Voces a un artículo mío sobre el acuerdo entre el Plan Ceibal, la ANEP y Google.

Sin dejar de admitir lo delicado del asunto de la privacidad de la información cuando intervienen las nuevas tecnologías informáticas, Omar, con quien me une una larga relación amistoso-familiar, defendió el acuerdo con Google alegando esencialmente que esa es la dirección en la que va el mundo y que negarse a la incorporación de esas tecnologías en la enseñanza es algo así como marginarse del mundo, al tiempo que señaló que hay un “doble discurso” en usar esas tecnologías y oponerse a que se les proporcionen también a los alumnos escolares y liceales.

En rigor, no voy a responderle a Omar. No porque él no lo merezca ni porque el tema no lo amerite, sino porque ha ocurrido un hecho nuevo que, a mi juicio, cambia sustancialmente la situación.

MARÍA, ROBERTO

María Simón, Decana de la Facultad de Ingeniería de la UdelaR, y Roberto Markarían, Rector de la UdelaR, compartieron la preocupación del numeroso grupo de docentes que se había pronunciado contra el acuerdo con Google. Secundados por los Consejos de los centros de estudio que dirigen, objetaron el acuerdo por cuanto éste determina que valiosa información relativa a menores de edad quede en poder de una empresa privada extranjera, situación que, para empezar, sería violatoria de normas legales vigentes en nuestro país respecto a los datos personales.

Pero Simón, Markarián y la UdelaR no se limitaron a oponerse al convenio con Google, sino que –y esto es lo importante- ofrecieron elaborar una plataforma nacional, sustitutiva de la de Google, para satisfacer las necesidades informáticas del sistema educativo.      

La iniciativa tuvo buena acogida en el sistema político, al punto que el convenio con Google parece haber quedado “en el fondo del mar”, según palabras de un legislador blanco.

En un país en que la mayor parte de los discursos son reclamos de derechos y defensa de intereses particulares,  la propuesta de la Universidad no puede dejar de llamar la atención.

EL MODELO DEL EGOÍSMO

Nos hemos acostumbrado a que los debates públicos consistan en que una corporación o una categoría social, generalmente minoritaria, le exija al resto de la sociedad el reconocimiento de algún derecho o la protección de algún interés. Son buenos ejemplos de ello la tenaz resistencia de las gremiales rurales y empresariales a que se les cobren impuestos, los regímenes de privilegio exigidos por, y concedidos a, los bancos, los megainversores extranjeros y los contratantes con el Estado, la soberbia discrecionalidad ejercida por las élites políticas, los reclamos salariales de los sindicatos “fuertes”, las exigencias de cuotas parlamentarias “de género” y de cuotas laborales raciales, la insaciable “nueva agenda de derechos”, la vieja impunidad corporativa de los militares y de la policía, las nuevas impunidades, del fútbol, de la publicidad, del sistema de salud, de los medios de comunicación, etc..

Contrariamente a lo que suele hacernos creer el liberalismo económico, una sociedad integrada no es –no puede ser-  sólo un coro desafinado de reclamos e intereses particulares, corporativos y egoístas.

LA UdelaR Y EL RESCATE REPUBLICANO

En ese contexto, la voluntad de la Universidad de la República, de hacerse cargo de la elaboración de una plataforma para atender las necesidades informáticas del sistema educativo, adquiere un sentido profundamente republicano. Por un lado, le restituye a la sociedad la soberanía en un área en que ésta es vital: el diseño de los sistemas informáticos con los que se educarán sus niños y sus jóvenes. Por otro, le asegura el control y la privacidad de la información que resulte de ese proceso educativo.

Pero, además, ese gesto puede ser una señal de que la Universidad se rescata a sí misma de cierto papel prescindente que ha tenido desde hace años ante los debates de la vida social. ¿Cuánto hacía que la UdelaR no lideraba un proceso político (en el sentido de “propio de la polis”) en la sociedad uruguaya? ¿Cuánto hacía que, desde su saber científico y/o técnico, no proponía, con autonomía del sistema político, una línea de acción para la sociedad? ¿Cuántos errores del sistema político podrían haberse evitado si la Universidad, en estos años, hubiese volcado con más decisión y autonomía su aporte científico y técnico?

Un proyecto político republicano y democrático es mucho más que el reconocimiento de los derechos y la satisfacción de los intereses de los grupos sociales más poderosos. Requiere decisiones que en parte satisfagan y en parte restrinjan las pretensiones de todos los grupos de interés internos, y que definitivamente limiten la incidencia de los poderosos intereses globales que hoy amenazan a todos los Estados.

PATRICIOS Y PLEBEYOS

Anoche (escribo en la madrugada del miércoles) pasó por casa mi amigo M. Divagamos sobre política durante un rato y terminamos coincidiendo (es lo que tienen las charlas nocturnas) en que, desde que los seres humanos nos hemos organizado en sociedades de cierta complejidad, siglos antes de que se soñara con hablar de “burguesía” y de “proletariado”, han existido en toda sociedad dos partidos. En la vieja república romana se llamaron el partido “de los patricios”, y el partido “de los plebeyos”. En otras sociedades tuvieron otros nombres, o no tuvieron nombre.

Uno de esos “partidos” tiende a concentrar la riqueza y el poder político en pocas manos, las más ricas, las más fuertes, las más capaces, las más aristocráticas. El otro tiende a distribuir la riqueza y el poder político entre más manos. Uno es más oligárquico; el otro más democrático. Los dos pueden ser corruptos, torpes, ineficientes, autoritarios. Sólo en eso son inconfundibles: uno expresa a los que tienen menos y tiende a repartir la riqueza y el poder; el otro expresa a los que tienen más y tiende a concentrar la riqueza y el poder.

La sociedad global del Siglo XXI no es una excepción. También en ella hay un partido “de los patricios” que tiende a concentrar riqueza y poder (e información) en cada vez menos manos. Las corporaciones globales son buena parte de ese partido.

Y hay también un partido “de los plebeyos”. Sólo que está (estamos) dispersos y no siempre atinamos a percibir que el conflicto se juega en muchas canchas y a muchos niveles.

EL ERROR DE OMAR

El viejo caballito de batalla de las posturas neoliberales es que todo el que se resiste a los modelos de gestión del sistema económico dominante es un retrógrado “sesentista” que rechaza tanto la innovación técnica como la ideológica y se niega a asumir que el mundo cambió, que el futuro pasa por nuestra puerta una sola vez y que si no nos trepamos a él nos dejará de lado en su marcha triunfal.

Algo de ese espíritu hay en el artículo de Omar. Parece confundir a la innovación tecnológica con quienes la controlan. O, en otras palabras, parece identificar a la innovación tecnológica con Google.

Como dije, la respuesta no se la daré yo. Es la UdelaR la que parece estar respondiéndole, diciéndole que es posible conjuntar ciencia, técnica y soberanía democrática.

La cuestión no es elegir entre contar con los dedos o firmar un convenio con Google. La cuestión, como siempre, es cómo utilizar los mejores recursos tecnológicos sin perder el control democrático de los resultados. La opción no es firmar con Google o prescindir de la tecnología, sino disponer de la tecnología y prescindir de Google.

La Universidad está diciéndonos que eso es posible. Sólo cabe desearle el mayor d

miércoles, 12 de agosto de 2015


¿Qué hacer? por Marcelo Marchese



10.08.2015

Ante el desgaste de los partidos tradicionales, el Frente Amplio ha venido a ocupar el puesto de gerente del capital trasnacional y pareciera no haber alternativa, si observamos de reojo la visión de la llamada izquierda radical, inmersa en una mirada dogmática y delirante de la realidad. El objetivo de este artículo es criticar estas dos tendencias y presentar las principales contradicciones de la coyuntura actual.

El empuje neofeudal de las trasnacionales 

Asistimos a una nueva fase del capital signada por el avasallamiento de las estructuras jurídicas nacionales. Nuestra constitución es violada cada vez que se le otorgan privilegios al gran capital extranjero para instalarse. Se lo exonera de impuestos al tiempo que se ahoga a las pequeñas empresas; se le permite al mayor latifundista del país, Montes del Plata, extender su monocultivo a sabiendas que se viola la normativa sobre el área destinada al eucaliptus. Se pactan acuerdos secretos con las magaempresas y se obstaculiza cualquier control republicano. Se acuerda, en caso de conflicto con el capital trasnacional, resolver el diferendo en instituciones jurídicas supranacionales, digitadas por el mismo capital trasnacional. Se pretende maniatar la capacidad de investigar de los jueces dejando esa tarea al fiscal, al tiempo que se le quita al fiscal su independencia, para que no interponga recursos contra la sistemática violación a nuestras normas jurídicas. Se firman, sin decirle a nadie, acuerdos por los cuales se abren nuestras fronteras a una competencia imposible de soportar por las empresas estatales y como corolario de un panorama nefasto, se tacha de «operador de la derecha» a quien ose poner en tela de juicio las virtudes del modelo secretista aplicado por los gerentes de las trasnacionales en funciones de jerarca público.
Ante este panorama algunos sueñan con llamar a una asamblea constituyente ¿Una asamblea constituyente en medio de un retroceso insólito, dónde sólo se pautarían normas jurídicas siniestras? Para nosotros se trata, ante este empuje en apariencia irrefrenable, de sostener una constitución que en rigor es un freno a la invasión económica. Se trata de defender el estado de derecho y el principio de igualdad ante la ley, esenciales garantías para el ciudadano. Asistimos, de un lado, a una maniobra por erosionar las normas constitucionales y por el otro a su débil defensa. Esa es la situación actual. Esa es la coyuntura política. Sin importar en absoluto el color partidario o apartidario, borrando cualquier dudosa definición de izquierda o derecha, es un aliado no solo en la lucha por una sociedad mejor, sino por evitar que nuestra vida empeore, todo aquel que defienda la igualdad ante la ley y el estado de derecho; y favorece, consciente o inconscientemente a la nueva ola del capital, quien defienda el secretismo anti republicano, las instituciones supranacionales que entren en pugna con el marco jurídico nacional y la violación del principio de la igualdad ante la ley.
En el pasado reciente a la izquierda le tembló el pulso a la hora de defender la República y la Democracia. Engañada por el canto de sirena de «los militares progresistas», entendió que la principal contradicción del momento era la que enfrentaba la oligarquía con el pueblo, sin entender que la verdadera lucha se daba entre el poder militar y las instituciones republicanas. La izquierda ha escapado a la autocrítica por el recurso de responsabilizar a los partidos tradicionales, que tampoco estuvieron a la altura del desafío histórico. En el Uruguay del 2015 ya no se precisa un golpe de Estado para aplicar un nuevo plan económico, y una vez más, ante el proceso de sometimiento, de erosión de la República y la Democracia ante el actual empuje neofeudal de las trasnacionales, la izquierda en sus diversas manifestaciones tantea en las sombras con el bastón del ciego, o se convierte en aliado del nuevo proceso.

El ejemplo paradigmático de la lucha por los DDHH

En la apertura democrática, y vanguardizada por el ala radical, la izquierda pretendió juzgar políticamente a la dictadura que utilizó al Estado para llevar a cabo un terrorismo inédito. Con el argumento de «la igualdad de todos ante la ley» se logró, en forma harto trabajosa, convocar un referéndum. Los políticos, aherrojados por el poder militar, habían decidido por encima del pueblo y ahora «el soberano» sería convocado a dar su opinión, a través del instituto de la democracia directa. Fuimos derrotados en toda la línea. Pensamos que el miedo, y recursos de moral dudosa utilizados en nuestra contra, habían decidido en gran parte. Veinte años después, sin que el miedo tuviera ya cómo operar, fuimos sometidos a una segunda derrota ¿Cómo explicar este pronunciamiento popular ante un tema, a nuestro juicio, tan claro? De forma misteriosa la izquierda no encaró el análisis. Se argumentó, desde algunas tiendas, que otras tiendas no habían hecho campaña ni ensobrado la papeleta. Por más cierto que fuese, eso no explica nada en absoluto, pues habría que preguntarse por qué algunos no ensobraron la papeleta. Pero nada importaba, pues con la mayoría parlamentaria asegurada se podría «reinterpretar» el doble voto ciudadano. Aquel argumento de privilegiar el vital instituto de la democracia directa fue alegremente tirado por la borda para defender principios incuestionables, respaldándose, además, en los dictados de la Corte Interamericana de DDHH. «¿Pero ya soldaron esta ley nada menos que dos pronunciamientos populares?». «¡No importa! Nada importa ningún pronunciamiento en temas elementales ya resueltos por la Constitución. Los DDHH son implesbiscitables» decían quienes no una, sino dos veces, habían llamado a plebiscito un tema implesbiscitable. Tampoco importaba que alguien objetara que también las constituciones habían sido plebiscitadas en algún momento y que Los Derechos del hombre y el ciudadano no eran eternos como el tiempo sino que habían nacido en condiciones históricas bien concretas. Por el voto de un diputado que sería inmediatamente aborrecido, no prosperó un violento atentado al voto popular y un peligroso antecedente en cuanto a la necesaria supeditación de los representantes ante el claro mandato de los representados.
No fue la primera vez que un considerable sector de la izquierda que huye de la autocrítica como si se tratara del diablo, mostrara la hilacha de una veta iluminada y autoritaria. No fue la primera vez en que demostró su radical ceguera acerca de las virtudes de esa herramienta tan mentada como desconocida, llamada democracia. Previo al golpe, la mayoría de la izquierda saludó el carácter «progresista» de los comunicados 4 y 7, en tanto otros negociaban en el Batallón Florida apostando al mismo delirio. Fue una mayoría de dirigentes quienes pactaron en el Club Naval una salida que ni siquiera en los sueños más desatados los militares habían imaginado, la cual iba a contrapelo tanto de un poderoso impulso democrático como del desprestigio absoluto del régimen en el ámbito nacional e internacional.
¿Pero cómo continuar la lucha por la defensa de los DDHH? Permitiendo que la justicia investigue, defendiendo a una jueza que se intente trasladar por cumplir con su tarea, exigiendo la renuncia de un Ministro impresentable, pero nunca jamás erosionando un instituto como el Plebiscito, nuestro último garante en defensa de cualquier derecho y jamás apelando a ningún dictado de ninguna institución supranacional que esté en contra de cualquier decisión nacional, por más que nos pese. Sobre éstas podemos ejercer control, sobre aquellas es imposible ejercer control ninguno.
Pero allí no acaba la lucha por los DDHH ¿Qué pasó con aquellos cuatro pichicomes que agarró Mitrione para enseñar lo suyo y que constituyen nuestros primeros desaparecidos? ¿Entran en la lista esos lúmpenes? ¿Que pasa con la violación de presos y de menores en el Inau? ¿Qué sucede con la metodología utilizada en interrogatorios en las comisarías? ¿Qué haremos con los derechos de los desgraciados internados en hospitales psiquiátricos? ¿Cuándo defenderemos los derechos de los niños fumigados en sus escuelas por el agronegocio? No se trata, en estos casos, de averiguar qué pasó y cómo hace cuarenta años, sino de resolver una sistemática violación a los DDHH que se da ante nuestras narices.

La igualdad ante la ley

Mientras papamos moscas, a través de diversos mecanismos e instituciones, incluidas unas cuantas ongs, se erosiona el principio de igualdad ante la ley. Un ejemplo de esta violación es la excepción dada a las zonas francas, enclaves de las trasnacionales en nuestro territorio, abandono gradual de nuestra soberanía.
Jamás se llevaron a cabo planes siniestros sin presentarlos con loables vestiduras. Cualquier guerra de usurpación es un ejemplo de ello, así como bajo el manto de la «libertad de empresa» se llevó a cabo el desembarco de las empresas del capitalismo central para erosionar el desarrollo industrial del capitalismo periférico. Ahora, con la supuesta finalidad de atenuar injusticias perpetradas contra minorías, sean de género o raciales, se nos acostumbra a violar el precepto de igualdad, pretendiendo establecer cuotas políticas de género, distribuyendo ciertos cargos entre las minorías raciales. Mientras que por un lado se erosiona el principio de igualdad para asegurar de esa manera el perjuicio de las minorías que constituyen a la postre las grandes mayorías, por el otro el sistema se justifica por la práctica del Gatopardo que cambia algo para que todo siga como está. Ninguna minoría verá su vida mejorada por el encumbramiento de tal o cual diputada o por el acceso al funcionariado de tal o cual «afrodescendiente», el eufemismo políticamente correcto de la palabra «negro». Es sólo una pantalla, lo que en términos militares se conoce como «maniobra diversionista», el movimiento de un ejército pensado para que el otro mueva sus piezas desconociendo la verdadera estrategia del enemigo. La estrategia pensada, razonada, es preparar lentamente el terreno para crear una nueva estructura jurídica acorde con las nuevas necesidades del sistema, que jamás da puntada sin hilo ni da un paso sin preparar el terreno.

El progresismo 

En gran parte de América Latina las viejas dirigencias desgastadas, no aptas para llevar a cabo las nuevas exigencias, dieron paso a los partidos «progresistas», expresión del nuevo consenso. Estos partidos, como los viejos populismos, reparten unas migajas resultantes de los precios favorables de nuestras exportaciones primarias, desperdiciando la favorable coyuntura internacional que hubiera permitido un intento por recapitalizar y transformar nuestra matriz productiva. El plan es sencillo: aceptar e incentivar el lugar que se nos ha asignado en la división internacional del trabajo, para reducir al mínimo histórico la desocupación y mejorar un ápice el poder adquisitivo de los trabajadores. A su vez se lleva a cabo la agenda de derechos: se instalan los consejos de salarios, se despenaliza el aborto, se libera la marihuana, se destinan ciertos fondos para atender a los más carenciados, se establecen cuotas políticas y de trabajo para las minorías. Mientras tanto se incrementa la concentración de la tierra, que se extranjeriza a pasos agigantados al tiempo que más de mil pequeños productores rurales al año pierden sus campos. Se destinan cada vez más áreas a la soja y el eucaliptus, con graves perjuicios para la salud de quienes viven en esas áreas, y con graves perjuicios para la salud del resto, cuyo testimonio elocuente es la calidad del agua que consumimos. Profundizamos nuestro rol como economía agraria en tanto otras economías agrarias ya dieron el salto, o lo intentan, incrementando la inversión en innovación y desarrollo. Un país pequeño como el nuestro debería apostar no sólo a diversificar su producción, sino, en un mundo crecientemente dispuesto a pagar más por alimentos más sanos, a producir alimentos de calidad, pero esa no ha sido nuestra apuesta. Todo lo contrario. Se ha subvencionado el monocultivo de eucaliptus y se abren las puertas a las pasteras, y se las auxilia, tomando esas inversiones como una defensa de nuestra soberanía cada vez que se pone en tela de juicio sus privilegios y el daño que provocan.

 Mujica ha viajado a Finlandia para rogar se instale una tercera pastera sobre las aguas de un contaminado Río Negro o peor aún, en la Laguna Merín. Se respalda a rajatabla una dudosa minera a cielo abierto y se obstaculiza que los ciudadanos conozcan la letra chica del contrato de inversión. Se establecen figuras jurídicas inconstitucionales para inversiones como la regasificadora y se entierran informes provenientes del propio Ministerio de Economía que advierten sobre sus riesgos y ponen un enorme signo de interrogación por delante y otro por detrás de su rentabilidad. Se retira de ciertos alimentos, por decisión de la comuna capitalina que da argumentos cantinflescos, la advertencia de que han sido elaborados con transgénicos. Se lleva a cabo este plan pues la oposición no puede ni quiere oponerse criticando lo mismo que a su turno llevó a cabo, y por añadidura se acusa de derechista a todo aquel que discuta las virtudes del modelo. Nada de esto se logra sin el necesario consenso social, pues un sector de la ciudadanía está atado por una concepción maniquea que razona, o más bien profesa, que ésta es la política llevada a cabo por los buenos, o que en todo caso «es lo único posible».
Aupándose en este respaldo de signo dudoso y en una apatía intelectual sin precedentes en nuestra historia, el oficialismo lleva adelante sus planes mediante el secreto convertido en practica usual. Si salen a luz documentos internos de OSE que demuestran que nuestra «agua potable» contiene toxinas, nadie se cree en la necesidad de aclarar nada, ni se atiende a las llamadas telefónicas de los periodistas, ni renuncian los responsables. Se acuerdan tratados secretos con las mega inversiones; secretamente se firma un TISA; se maquillan los informes técnicos y los datos estadísticos. En última instancia, para esta lógica, nada importaría informar a la población, pues los encargados de llevar a cabo los planes que fuere, en materia económica o educativa, son los técnicos, o eventualmente, los funcionarios. Se transforma, de esta manera, la figura del funcionario público. El elegido deja de ser representante para arrogarse el derecho a manejar a conveniencia la información que posee. Lenta e insensiblemente, los ciudadanos comienzan a dejar de lado su parecer para depositar su fe en los técnicos. Creemos que vivimos en democracia, una ilusión que sustenta lo que realmente nos gobierna: la tecnocracia que desprecia el saber del ciudadano.

¿Instituciones propulsoras del cambio o aliadas del modelo imperante?

La izquierda, históricamente, ha tendido a respaldar todo reclamo de las organizaciones sindicales. En un tiempo, basta pensar en «El Congreso del Pueblo», el movimiento sindical, a partir de sus propias reivindicaciones sectoriales, elaboraba un programa nacional en defensa de las grandes mayorías. Sin ese Congreso no hubiera nacido el Frente Amplio. Mucha agua ha corrido debajo del puente. Hoy, con sus vaivenes, como el paro del 6 de Agosto contra el TISA, el movimiento sindical se ha convertido en aliado del gobierno y del modelo imperante. El SUNCA apoya la construcción de cualquier megaempresa que perjudique al resto de la nación, siempre y cuando dé trabajo a su masa de afiliados. El sindicato único de trabajadores del INAU respalda a cualquier afiliado, sea cual fuere el sadismo que lleve a cabo. Los trabajadores de la madera se han dividido, ora en un sindicato que propugna denuncias en el ámbito judicial de condiciones laborales a veces lindantes con la esclavitud, ora en otro afiliado al PIT-CNT, que considera perjudicial llevar a cabo esas denuncias.
El PIT-CNT abandona gradualmente una mirada global en tanto se convierte en defensor de su chacra, de igual forma que las feministas sacrifican el principio de la igualdad ante la ley en el altar de la defensa de la figura del feminicidio. Sin embargo, se dirá, son organizaciones populares, son expresiones de la democracia que se viene propugnando en este artículo. Defender la libre expresión de ideas y dar valor al debate significa que todo debe debatirse, inclusive los caminos adoptados por las feministas, la central sindical o Mandrake. Que una idea la exponga Mandrake o un sindicato, no garantiza en absoluto que sea favorable al conjunto de la sociedad. El PIT-CNT se ha convertido en aliado del gobierno, que a su vez se ha convertido en aliado de las trasnacionales en un modelo que contamina tierra, aire, agua y gente, al tiempo que empobrece el conjunto de nuestra economía.

El Estado gana acá lo que pierde allá 

Las trasnacionales, en su nueva fase, como si fueran un tsunami, avasallan las débiles estructuras estatales que hemos construido. No se precisa ser muy lúcido para concluir que la tarea de quien desee evitar una mayor concentración de riquezas y poder en pocas manos, es la defensa de los Estados y sus normas frente a las autoregulaciones que quiere establecer, y establece, el capital trasnacional. Pero el poder que el Estado pierde por un lado lo gana por el otro, en desmedro de la libertad del individuo. Desde que los Estados nacieron han acentuado hasta lo insoportable el control sobre cada uno de nosotros, pues "el hombre siempre ha cedido libertad en aras de su seguridad". Las cámaras de vigilancia que reducen la delincuencia en la Ciudad Vieja prometen seguridad en perjuicio de nuestra libertad, y lo mismo sucede con el control histérico en los aeropuertos, incrementado por los atentados a las Torres Gemelas, o con un nuevo programa adquirido por el Estado, cuya función es lograr interceptar de forma más eficiente mails y llamadas telefónicas. Los diversos controles, y la consiguiente merma de nuestros derechos, no se hacen sin una singular alianza entre el Estado y el capital trasnacional, de tal forma que el chip de la cédula o la tarjeta de crédito que permite saber dónde exactamente estamos y a dónde vamos y qué y cuánto consumimos, al tiempo que brindan control, generan ganancias. De forma pareja, la bancarización forzosa acarrea fondos al capital financiero privado, dando a la DGI mayor control sobre el contribuyente de a pie.
Ante esta continua e intolerable intromisión, temida por Spencer en el siglo XIX y prefigurada por Kafka en el XX, hemos ganado algunas batallas, como impedir que el Estado castigue a quien quiera practicarse un aborto e impedir que se encierre con los adultos a los menores infractores; pero hemos perdido todas las demás. En tanto la seguridad siga incrementándose, la violencia siga aumentando y continúe el deterioro del tejido social y la progresiva lumpenización de la sociedad, el Estado seguirá desplazándose en contra de la libertad del individuo.

¿Qué hacer? La fracción de los plebeyos

El análisis de la coyuntura que hemos diseñado se resume en lo siguiente: vivimos un retroceso político, jurídico y artístico, cosa esta última que no podemos desarrollar aquí, pero que es indiscutible en el área que sea. El retroceso es más grave cuando no se lo advierte y nos sumimos en debates entre izquierda y derecha que ya no dirimen la cosa. Las trasnacionales llevan a cabo sus planes indistintamente con gobiernos de derecha o de izquierda y estas dos tendencias más bien parecen títeres usados por quien gobierna los hilos, para meter mientras tanto su manos en los bolsillos de nuestra vida por medio del arte de birlibirloque. El enfrentamiento izquierda o derecha parece destinado en la actualidad a convertirse en otra "maniobra diversionista". El problema es más primordial: se trata de mantener institutos que costó sacrificios inconcebibles construir, como son el estado de derecho y la igualdad ante la ley, y su defensa no es necesariamente patrimonio de la izquierda. Se trata de defender nuestra soberanía ante el tsunami de las trasnacionales; se trata de defender nuestro marco jurídico ante la entronización de entidades judiciales supranacionales.
Es necesario pensar cosas nuevas ante nuevos desafíos, aventando los harapos del dogma que se adhieren a la piel como toda rutina mental. Existen más religiones de las que creemos y existe algo que sería saludable determinar, que nos conduce de forma inconsciente a adoptar el pensamiento religioso en su sentido dogmático. Nuestro qué hacer se encuentra en su fase primitiva: llevar a cabo la crítica al nuevo modelo y a cada una de las manifestaciones que le son subsidiarias, tarea en la cual, levantando aquí y allá la voz, participan grupos de intelectuales como los que forman «Henciclopedia», hasta periodistas como Daniel Figares. Nuestro qué hacer no es otra cosa que una apuesta a la democracia, una defensa de los valores republicanos y un intento por reordenar, con ideas, la fracción de los plebeyos. Como definió en reciente artículo el amigo Sarthou (1): "Desde que los seres humanos nos hemos organizado en sociedades de cierta complejidad, han existido dos partidos. En la vieja república romana se llamaron el partido "de los patricios", y el partido "de los plebeyos". Uno de esos "partidos"tiende a concentrar la riqueza y el poder político en pocas manos, las más ricas, las más fuertes, las más capaces, las más aristocráticas. El otro tiende a distribuir la riqueza y el poder político entre más manos. Uno es más oligárquico; el otro más democrático. Los dos pueden ser corruptos, torpes, ineficientes, autoritarios. Sólo en eso son inconfundibles: uno expresa a los que tienen menos y tiende a repartir la riqueza y el poder; el otro expresa a los que tienen más y tiende a concentrar la riqueza y el poder". Esta definición que tomo como propia significa una radical defensa de la democracia en el sentido de poder del pueblo, y significa entender que el actual partido de gobierno ya no representa a la fracción de los plebeyos, convertido en un grupo de técnicos que de tarde en tarde se da «un baño de pueblo». El partido de los patricios concentra riqueza y poder y el objetivo del partido de los plebeyos es distribuir el máximo de riqueza y de poder, que también significa distribuir conocimientos. Y distribuir conocimientos es antes que nada apelar a la sociedad, tener la audacia de plantear ideas aunque surjan de la más ínfima de las minorías, pues se tiene la confianza en el poder del saber social, esa energía que raras veces ha sido desatada en la historia de los últimos siglos.

(1) Hoenir Sarthou. Un google y varias moscashttp://www.voces.com.uy/articulos-1/indisciplinapartidarialacolumnadehoenirsarthouungoogleyvariasmoscas

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Entrevista a Yessie Macchi





>>>Para taparle la boca a la rata

 
Entrevista a Yessie Macchi
3 febrero 2009

Hacía años que yo no hablaba

Entrevista de Fabián Werner publicada en el Número 3 de "Cuadernos de la Historia reciente", Ediciones Banda Oriental, Setiembre de 2007. Forma parte de un libro de próxima aparición en "Ediciones del Caballo Perdido", sobre las rehenes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros durante la dictadura. 

Con dos fugas de la cárcel de mujeres de Cabildo en su prontuario, Yessie Macchi había vuelto a formar parte del aparato armado del MLN en la columna conocida como “El Collar” [1], junto a su compañero Leonel Martínez Platero, uno de los integrantes de la vieja guardia de “la orga”. Era el 13 de junio de 1972, y ambos hacían vigilancia en una hermosa mañana de invierno, “bien azul el cielo”, en el balneario canario de Parque del Plata, cuando los sorprendió un descomunal operativo que reunió a decenas de efectivos de la Caminera, la Policía, el Ejército, en unidades de tierra y aire. Ella recuerda que mientras corría y tiraba contra aquel hato de cazadores, la invadió una increíble serenidad, a pesar del sentimiento que acompaña la certeza de la muerte.
Habíamos hecho un pacto con mi compañero de no dejar que nos agarraran vivos. A él lo asesinaron, lo mataron por la espalda, pero no al lado mío. Tuvimos que separarnos en un momento para dispersar el fuego enemigo, y él cayó en una emboscada. Yo seguía buscándolo en el balneario, sin saber bien dónde estaba.
En medio de esa búsqueda “un semicírculo” de militares y policías rodeó a Yessie Macchi y se produjo un intercambio de disparos largo e intenso. Ella no quería caer viva, entre otras cosas rechazaba la idea de “sufrir esa humillación”, y a la vez que insultaba a sus oponentes para que dispararan, cuando se quedó sin balas y veía que “los milicos” también habían dejado de tirar, se fue despidiendo mentalmente de todos sus seres queridos, pensando que había llegado su hora. Pero no llegó, porque “el semicírculo” se cerró detrás de sí, y como ya la habían reconocido, se había dado la orden de atraparla con vida.
Cuando vienen por atrás me pegan un culatazo, todos vienen arriba mío y me empiezan a golpear y yo instintivamente me agarré la barriga y dije “aquí no”. Cinco minutos antes estaba diciendo “asesinos, no se animan a matar a una mujer”. Pero en ese momento recordé mi embarazo. Y ahí fue donde pegaron los culatazos. Ya en el camino al Hospital Militar tuve una pérdida.
Así fue como Yessie Macchi perdió su primer embarazo, se enteró de la muerte de su compañero y vio escapar su libertad recuperada por segunda vez. Además, la golpiza que le dieron sus captores significó tales daños que fue necesario enyesarla desde la punta de los pies hasta debajo de los senos. Así pasó casi ocho meses, hasta que “un poco en contra” de lo que querían quienes la asistían en el Hospital Militar la sacaron para interrogarla. La devolvieron con el yeso roto, por lo que debió quedarse internada un tiempo más, luego que lo emparcharan.

En realidad, lejos de servir para la rehabilitación, el hospital fue una instancia de permanente indagación; hicieron un calabozo especial para ella en la parte de arriba. También había otro para Raúl Sendic, para atenderlo de las heridas que sufrió durante su caída. Después de un tiempo llegó por su calabozo el coronel Ramón Trabal, jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, quien se hizo cargo de su interrogatorio. Entre ambos se generó una “relación política buena, de enemigo a enemigo. En los dos o tres primeros meses el militar la visitaba todas las noches en el hospital.
Fue muy interesante todo lo que conversamos, me enteraba por él de todo lo que pasaba en los distintos cuarteles, de las negociaciones del MLN con los milicos, incluso quiso llevarme cuando las negociaciones para el Batallón Florida y yo me negué porque no estaba de acuerdo con ellas.
Las conversaciones terminaron cuando se enteró el general Esteban Christi, comandante de la Región Militar N° 1, que una noche fue al Hospital y delante de Yessie Macchi recriminó duramente a Trabal por su actitud con la detenida. Es que los informes posteriores al interrogatorio que él había realizado repetían lo que ella le había dicho: su nombre y nada más. Luego de ese incidente vendría un nuevo período de interrogatorios, esta vez en la sede de la Región Militar N° 1.
Lo primero que hicieron fue romper delante de mí el acta que había hecho Trabal. “A este hijo de puta lo vamos a romper igual que al acta”, me dijeron, y ahí empezó el verdadero interrogatorio. Ahí estuve creo que un mes, porque me dejaron un tiempo para recuperarme de la tortura, y de ahí me devolvieron al Regimiento de Infantería N° 2 para recauchutarme un poco; después me llevaron a Punta de Rieles. Así que yo llegué allá después del resto de las compañeras, febrero o marzo de 1973.
DEL PENAL A LA MAZMORRA
Cuando Yessie Macchi llegó al Penal de Punta de Rieles “era una piltrafa”, debido al largo período de tortura que había sufrido durante los interrogatorios. Además, arrastraba el dolor de la muerte de su compañero y del embarazo que había perdido, sin haber podido elaborar sus duelos debido a los mecanismos de defensa que había tenido que levantar ante el permanente hostigamiento de sus custodios.

Al entrar al penal todavía rengueaba, porque la fractura de su pierna había sido muy grande, y estaba muy delgada. De ánimo estaba completamente cerrada, en un estado de defensa absoluto, y se disponía a encarar la difícil realidad de un penal con 173 mujeres, la inmensa mayoría del MLN, enfrentadas a los militares pero también a sus propios demonios interiores, porque entre ellas convivían las que habían logrado sostenerse con las que habían delatado, había algunos casos de desmoralización bastante grandes y no había organización entre ellas.
Cuando llegué me encontré con una cartita que había dejado un compañero dirigente del MLN que había pasado por Penal de Punta de Rieles como preso antes que llegaran las mujeres presas. Esta carta nos la entregó el comandante del penal, el coronel Albornoz [2], y decía que él era una excelente persona, que nos dejaban una huertita para que cultiváramos para nosotras. Poco menos, decía que nos portáramos bien. Entonces todo eso me asustó un poco, me puso en guardia, y junto con dos compañeras más, las tres con más experiencia dentro del MLN, nos pusimos a organizar el funcionamiento de la orga dentro de la cárcel.
Eran tiempos muy difíciles para los tupamaros. Los comunicados 4 y 7 habían generado discrepancias entre los miembros de la organización que estaban presos, lo que hacía que se difundieran “ecos raros” entre ellos. Entre las reclusas también se discutió sobre la tendencia “peruanista” que pugnaba en la interna militar, en base a la información obtenida durante las charlas con el coronel Trabal y a libros que tenían sobre el proceso peruano. Eso motivó a las prisioneras más experimentadas a impulsar mecanismos de discusión, para tener una línea común dentro de la cárcel.
Fue bastante difícil porque eran compañeras recién salidas de la tortura, algunas ni siquiera habían militado, apenas habían prestado un auto o habían caído en la desbandada. De hecho todas habíamos pasado momentos muy duros también en la tortura. Y hasta que nos sacaron del penal a las que seríamos las rehenes de la dictadura, el 20 de junio de 1973, siete días antes del golpe, lo que se organizó por parte nuestra fue bastante. Creo que por eso se apuraron a sacarnos, antes que a los hombres. Se logró formar en grupos a las compañeras para la discusión y el funcionamiento, estabilizar lo caótica que era esa situación, dar un sentimiento de pertenencia nuevamente a la organización.
La última pulseada entre las presas y los carceleros antes del retiro de las primeras ocho rehenes fue el 18 de mayo de 1973, cuando se conmemoraba el primer año del operativo en el que resultaron muertos cuatro soldados que montaban guardia frente a la casa del comandante en Jefe del Ejército, general Gravina. En los días anteriores, previendo que hubiera algún “verdugueo”, las presas habían resuelto romper filas ante cualquier provocación, y así lo hicieron cuando la incitación efectivamente se produjo, en el patio donde se izaba la bandera uruguaya todos los días
Ya no estaba Albornoz, había otro comandante que comenzó con un discurso terrorista contra nosotras, muy fuerte, e inmediatamente rompimos filas. Enseguida nos subieron y estuvimos sancionadas por desacato. Eso fue el 18 de mayo, y el 20 de junio ocho de nosotras ya estábamos fuera del penal, como rehenes.
El primer cuartel “visitado” por Yessie Macchi fue el de San Ramón; junto a ella estaba “en el mismo trille” Gracia Dry, a quien ubicaron a un par de calabozos de distancia. Desde su llegada “se notaba algo raro en el ambiente”, pero era imposible saber de qué se trataba. Una semana después de su llegada notaron un extraordinario movimiento, chasquidos de armas, griteríos. En medio del alboroto un capitán apellidado Taramasco, que había participado de las sesiones de tortura y que mantenía la curiosa costumbre de acercarse a charlar con la presa atormentada, pasó por delante de su calabozo. “¿Qué pasa?”, le preguntó ella al militar desde su mirilla. El gritó: “Vamos a salvar a la patria”. Era el 27 de junio de 1973. Ella no entendió nada.

A los cuatro o cinco días les dicen que se preparen para un traslado, y las llevan al Regimiento N° 4 de Caballería. Ahí están cuando cae toda la plana mayor del Frente Amplio salvo su presidente Líber Seregni. En calabozos individuales fueron instalados los dirigentes de la izquierda el 9 de julio, detenidos en la manifestación contra la dictadura convocada por el mismo Frente Amplio. Estaban uno al lado del otro. Yessie Macchi estaba en el último calabozo. Ahí pudo hablar por la mirilla, en voz baja con Hugo Batalla, que había sido alojado en la celda contigua; él le contó lo que había pasado aquel día de alboroto incomprensible. Ahí empezó a pensar que las peores hipótesis podían concretarse, y que la muerte era una posibilidad muy firme. De hecho, los militares amenazaban con matarla todo el tiempo y practicaban frecuentemente simulacros de fusilamiento.

Por aquellos días cambiaron a Gracia Dry por Estela Sánchez, sin que Yessie Macchi supiera nunca el motivo ya que no tenía prácticamente chance de hablar con ellas; era extraño encontrar algún “milico pierna” que las dejara decirse cosas de calabozo a calabozo o cantar juntas. Era un momento de caída de militantes políticos, sociales y sindicales, y por lo tanto también de tortura, sistemática y salvaje. En el cuartel de San Ramón estaban, entre otros, los ferroviarios, cuyo sindicato había sido desmantelado; allí eran torturados sus militantes. Los cuartos de tortura estaban prácticamente pegados a los calabozos, desde donde se escuchaba todo, por lo que dormir era casi imposible.
En los momentos en que había un descanso lo que había que hacer era levantarse y desde la mirilla ayudar a esos compañeros, algunos de los cuales se veía que estaban aflojando. Silbar canciones revolucionarias, tangos, o si el milico era medio piola preguntarle de dónde eran, decirles que no estaban solos, que aguantaran. El día se me iba en eso. Cuando pusieron a Estela (Sánchez) seguían esas sesiones de tortura, pero además ella sufría de claustrofobia, entonces tenía ataques de histeria, de angustia, y también había que apoyarla a ella, gritarle, golpearle fuerte la pared, hablarle aunque no lo permitieran.
Mientras esa batalla transcurría, la dictadura uruguaya decide investigar si guerrilleros uruguayos habían sido entrenados en Cuba [3]. Entonces es trasladada al “Infierno Chico”, una casona en la rambla de Punta Gorda, a donde es interrogada durante dos semanas junto a quienes habían visitado la isla caribeña y los someten a “una buena máquina”.

Así Yessie Macchi fue postergando sus duelos, no había lugar para pensar en la muerte de su compañero o en la pérdida de su embarazo. A fines de 1974 fue trasladada al Batallón de Ingenieros N° 1, y estando allí se produce el asesinato del coronel Ramón Trabal en París, el 19 de diciembre. Esto tuvo una consecuencia directa en la vida de la presa tupamara, debido a los contactos que había mantenido con él durante su internación en el Hospital Militar, por lo que se inicia una nueva etapa de interrogatorios para saber quiénes integraban el equipo de trabajo “clandestino” del oficial asesinado, que supuestamente ella debía conocer.
Después nos trasladan para San Ramón nuevamente, era un lugar feo, los calabozos diminutos, tremendamente inclementes, inhóspitos. Cada vez que te llevaban al baño te ponían la capucha y te llevaban con llave de karate, ibas saltando todo el camino y era bastante lejos, por lo cual te llevaban poco. A veces una vez por día, por lo que yo tenía una bolsita de nylon.
A principios de 1975, cuando la separan de Estela Sánchez, Yessie Macchi por primera vez se queda sola, sin otras rehenes o compañeros sometidos a tortura que necesiten de su ayuda. Allí, la invade un sentimiento de soledad que sólo había sufrido en su adolescencia [4] por lo que debe ocuparse de sus duelos, de sus cargas, de su doloroso presente. No tenía a quién silbar, no tenía a quién ayudar, más que a sí misma.
Ahí empecé a llorar, en silencio. Pasaron dos o tres semanas y el llanto no me paraba, era una cosa mansa. No gemía, no gritaba, no hacía nada, simplemente me caía un chorro de lágrimas permanente. Mi gran preocupación era mantener una imagen de fortaleza frente a los militares, pero ellos tenían una vigilancia muy estrecha y calculo que esta diferencia en mi actitud era obvia. Me preguntaron si quería un pase al psiquiatra, y les dije que no lo necesitaba. En ese momento, eso hubiera sido mortal. En esos días no podía pensar, lloraba, no podía contener el llanto, y eso me martirizaba. Y en los pocos momentos que no lo hacía fantaseaba con que mi hijo tendría ya tres años y yo estaba con él, le hablaba, le contaba historias, cuentos, pero lo que más bronca me daba era no poder contener el llanto. Creo que en el período anterior lo que me contuvo fue que siempre tenía que ayudar a alguien, primero en Punta de Rieles y después en los calabozos. Una vez que se acaba todo eso mi autoexigencia o la exigencia externa habían desaparecido, y entré en una crisis muy grande.
Inmediatamente es trasladada otra vez al Batallón Florida, donde había un sistema mucho más laxo. Una vez más los militares aplicaban su idea de apretar y aflojar la represión, lo que establecía una situación de incertidumbre psicológica para las rehenes que constituía una tortura en sí misma. El simple anuncio de un traslado ya se convertía en una amenaza de endurecimiento de las condiciones de reclusión. Cuando las cautivas se acostumbraban a algún lugar poco hostil, se producía el traslado a un lugar con una represión más dura, y cuando esto amenazaba con destrozar la resistencia, volvía a distenderse con otro traslado.

Cuando Yessie Macchi vuelve al Batallón Florida, en medio de aquella crisis de llanto silencioso e interminable, se produce un encuentro inesperado, que marcaría los siguientes años de reclusión: “Me encontré con una mujer dentro del calabozo. Era Elisa”. La hija mayor del senador Zelmar Michelini había soportado varios días de salvaje tortura en el Infierno chico, en la casona de Punta Gorda, y luego fue trasladada al cuartel en el barrio de Buceo. Allí se reunió con Yessie Macchi, quien venía de sus primeras tres semanas de total soledad en un inhóspito calabozo de San Ramón, de más de veinte días de llanto permanente.

En el Batallón Florida las cosas mejoraron, porque pasó a una amplia celda con dos camas, con espacio suficiente para transitar entre ellas, una ventana entrecerrada a través de la cual se adivinaba el sol, la puerta de las celdas estaban abiertas (por lo que se podía ir al baño todas las veces que se necesitara) y había dos horas diarias de recreo. Incluso las visitas podían entrar paquetes con frutas y verduras.
Cuando me encontré con Elisa ella venía muy mal de la tortura, y lo que hice fue agarrarme a ella y tratar de ayudarla. Se me fue instantáneamente el llanto, ella me contó su historia, yo le conté la mía, hicimos una amistad muy grande. Hacía años que yo no hablaba, desde que estaba en la situación de rehén.
Aquel encuentro de dos meses y medio fue para Yessie Macchi como “un respiro después de una corrida larga”. Ella y Elisa Michelini se necesitaban mutuamente, y por lo general charlaban todo el tiempo, aunque había momentos en que cada una se sumía en sus pensamientos. Gracias a un efectivo mecanismo de tráfico epistolar clandestino, mediante el cual Elisa podía recibir las cartas de Zelmar y de su compañero preso en el Penal de Libertad, las dos tenían buena información acerca de lo que ocurría fuera de los cuarteles. Hasta que un día les dijeron que prepararan sus cosas porque las iban a trasladar. Otra vez la angustia, la incertidumbre. Y ahí volvió el apriete, y fue un período muy duro, inolvidable para ambas.
Nos trasladan a Artillería 1, La Paloma, en el Cerro. Llegamos y nos encontramos con un lugar donde no cabía uno y estábamos las dos. Y había un cartel sobre la mirilla que decía: “asesinas”. Entonces pensé: “acá viene brava”. A ese lugar le llamaban “las mazmorras”, y estuvimos ahí bastante tiempo. Ella dormía para un lado, yo para otro, no cabíamos paradas, no teníamos recreo, teníamos que ir al baño con un milico parado junto al inodoro con un fusil apuntándonos; había golpizas, plantones.
Las brutales condiciones del cautiverio fueron narradas a las visitas, gracias al ingenio de las presas para comunicarse, y esos relatos llegaron a oídos de Zelmar, el padre de Elisa, quien lo denunció en el Tribunal Russell, en Human Right Watch, y en todos los lugares donde fue posible. Pero las cosas empeoraron, porque cuando los detalles de la denuncia se hicieron públicos hubo más plantones, más golpizas, más represión.

Faltaban pocos días para el final del mes de abril de 1976, y aquellas denuncias habían acicateado la saña de los militares, que pasaban cada media hora por los calabozos, metían el arma por la mirilla y la martillaban; ellas no sabían si estaban cargadas o no, así que cualquiera de aquellas maniobras podía ser el fin del sometimiento y de la vida.
UN AGUJERO Y UN AMOR
Un día Yessie Macchi pidió, como permiso especial, que le permitieran poner un tablón en la pared a modo de estante para colocar las pocas cosas que le permitían conservar dentro del calabozo. Increíblemente las autoridades del cuartel dijeron que sí, y le encomendaron la labor a otro preso, que compartía una “pared medianera” con ella. El tenía permiso para hacer manualidades, y con las herramientas que tenía había horadado las viejas paredes, que se caían de viejas y húmedas, hasta hacer un agujero. Una y otro se tapaban con sus colchas de un lado y otro de la medianera, y hablaban de noche. El insoportable volumen de las cumbias que escuchaban los torturadores mientras vejaban a los presos servía de involuntario cómplice para las tertulias nocturnas. Así, Yessie y Mario charlaban, mientras los demás no escuchaban nada.
No sé qué pasaba dentro de mí en esos momentos, pero creo que no haber elaborado mis duelos, la bronca que yo tenía adentro por tantos cuarteles, tanta tortura, venía un milico de otro cuartel y te dejaban en un cuarto con él y otra vez el toqueteo y la “máquina”. Yo tenía una necesidad de rebeldía muy grande, porque además ya había pasado por el juez militar que me había baboseado, me había dicho que antes de 45 años no salía. Y yo de eso estaba segura, porque no había ninguna perspectiva de nada.
El romance clandestino avanzó con el correr del tiempo, con cumbias de fondo, soportando los gritos de los compañeros sometidos a suplicio en las salas vecinas, hasta que una noche Yessie propuso: “¿Y si tenemos un hijo?”
No pude ver la cara que puso porque estaba del otro lado de la pared, pero le dije: “Mirá Mario, yo no salgo más de acá. O me matan o me quedo acá por muchos años. Vos tenés una pena corta, te faltan dos años, podemos tener un hijo que cuiden mis padres mientras tanto, y después tú lo criás”. “Bueno, está bien”, dijo Mario Soto, aunque con alguna sorpresa en su voz.
En aquel cuartel, el más represivo de todos los que la presa había estado, la pareja pudo reunirse “dos o tres veces”, gracias a la solidaridad de uno de los custodios. Previamente, ella había pedido la aprobación de sus padres, que aceptaron criar a su hijo a pesar de la incertidumbre que les provocó la noticia de que existía la posibilidad de que fueran abuelos. También contaron con la solidaridad de los compañeros presos en ese cuartel, que fueron anoticiados previamente de que ella quedaría embarazada y que eso podía tener consecuencias posteriores, como el endurecimiento de la represión y el aislamiento. Casi todos estuvieron de acuerdo.

Una noche Yessie y Elisa no podían dormirse, y escuchaban una radio sintonizada en Carve, emisora que tenía un programa nocturno que pasaba música y la interrumpía con breves espacios informativos. Como era habitual, al final de una melodía comenzó a darse una novedad que las presas no pudieron escuchar completamente. “Los dos legisladores desaparecidos en la Argentina…” alcanzaron a escuchar, y después más nada. En el primero que pensaron fue en el padre de Elisa, el otro podía ser Wilson Ferreira Aldunate.
Esa noche no dormimos nada. Al otro día vemos que rodean todas las mazmorras con ametralladoras, y cortan las visitas. Después de unos días, le conceden una visita a un compañero que un mes atrás la había pedido por su cumpleaños. Cuando vuelve por el corredor se zafa del milico, corre hacia nuestra mirilla y dice: “Elisa, asesinaron a tu padre”. Y mientras el milico lo sacudía: “Prefiero que lo sepas por mí y no por ellos”.
Durante la siguiente semana Elisa reclamó insistentemente que la dejaran ver a la familia, y pedía sin éxito para hablar con el comandante de la unidad. Mientras tanto la situación era de duelo, en las celdas no se cantaba, no se jugaba al ajedrez de calabozo a calabozo. Finalmente le dieron la visita, era Hugo Batalla. Allí se enteró que el otro asesinado había sido Héctor Gutiérrez Ruiz.
Mientras Elisa conocía algunos detalles del crimen de su padre, Yessie se vio sacudida por un vómito; nunca había vomitado en su vida. Cuando volvió al calabozo Yessie limpiaba el piso. Al darse cuenta de lo que había ocurrido se abrazaron, por el padre que se había ido y por el bebé que anunciaba su llegada.
Fue como si yo fuera la hija de Zelmar y Elisa la madre de Paloma. Eran dos cosas completamente opuestas, la vida y la muerte. Lo que yo viví con Elisa no lo viví con nadie más. Todo ese tiempo anterior y posterior a la muerte de su padre y a mi embarazo, fue algo muy intenso.
Después de confirmar su gravidez, el problema pasó a ser que no corriera el rumor de que el niño era hijo de un militar, producto de una violación, y para eso no había más remedio que dar a conocer su relación con uno de los compañeros presos. Entonces Yessie le pidió a la madre que hiciera un juego de alianzas y que las enviara en el paquete de Mario, el padre de su hijo, y que en los anillos estuviera grabada una fecha muy bien pensada, para que pareciera que ese había sido el día en que habían estado juntos por primera vez. En realidad, el día que figuraría en los anillos había estado de guardia el torturador más salvaje de todos.
Si se daban cuenta de que teníamos anillo, y miraban la fecha, iba a aparecer él como responsable de lo que hubiera pasado esa noche.
Luego él le mandó a ella una carta de amor a través de un soldado, con la certeza de que la misiva llegaría a manos del comandante de la unidad. Enseguida ambos fueron llamados a interrogatorio, y él estuvo de plantón toda la noche. Cuando ella fue interrogada por el comandante confirmó su romance y le pidió permiso para casarse por poder. El objetivo de publicitar su relación se había conseguido, pero también habían determinado su separación definitiva. Aquella fue la última vez que Yessie Macchi vio a Mario Soto, el padre de su bebé.

A los dos días ella y Elisa fueron trasladadas al 4° de Caballería, donde tenían una hora de recreo diaria, en la que una podía ir al calabozo de la otra. Allí se encontraron con el hijo del asesinado coronel Ramón Trabal, quien permanecía como jefe del S2 (Inteligencia) en esa unidad. Todas las noches él iba, borracho, a hablar con Elisa, quien procesaba su duelo por la muerte de Zelmar. Y le decía: “A mi padre lo mataron los mismos que mataron al tuyo”. Era conciente de que el crimen cometido en París había sido responsabilidad de sus propios camaradas, pero permanecía de todas formas en el S2 del 4° de Caballería.

Poco tiempo después, un nuevo traslado, esta vez al 9° de Caballería. Para ese entonces, ya había empezado a aparecer la panza, por lo que tenía que usar un poncho de lana para ocultar su estado. Allí Yessie Macchi se encontró con un mayor que la conocía del Hospital Militar, “un viejo enemigo”, quien sospechó de aquel afán por abrigarse en tiempos nada invernales, por lo que ordenó un examen ginecológico. Cuando la reclusa llegó al consultorio, una mujer le indicó que se acostara para practicarle los análisis, pero la presa se negó: “Usted no me va a hacer ningún examen, y si lo que quiere saber es si estoy embarazada, se lo digo yo: sí, estoy embarazada de seis meses”. En realidad el embarazo era de poco más de 16 semanas, pero la exageración había sido calculada previendo posibles consecuencias. “¡Qué disparate, qué sinvergüenza!, ¿usted me va a decir que los militares violan a las presas en los calabozos?”, replicó la mujer. “Esto no es producto de violación, pero desde ya le digo que a mí me han violado. Esto es producto de una relación voluntaria con otro preso”. Alarmada, la mujer cerró la puerta, dejó a Yessie Macchi dentro de la sala y fue a buscar a las autoridades de la unidad. En poco tiempo se había armado un revuelo que tendría consecuencias para el destino inmediato de todas las mujeres rehenes.

Minutos más tarde, el jefe de reclusión del cuartel, un capitán de apellido Lucero, llamó a Yessie Macchi, y le pidió la alianza, aquella que su madre había mandado fabricar con una fecha muy bien estudiada. El militar la anotó y le preguntó a la presa el nombre del padre del niño. Luego, confesó que no sabía cómo resolver la situación. Al poco rato fue llamada otra vez, pero ahora estaban presentes los comandantes y sub comandantes del cuartel de La Paloma (la unidad adonde había sido concebido el bebé) y el 9° de Caballería. Ninguno sabía qué hacer porque todavía no había ninguna orden de la Junta de Comandantes.
Estaban todos a los manotazos, pero yo me daba cuenta que eran todos para arriba, en la panza nada.
Las amenazas de muerte se intercalaban con las de un aborto provocado, hasta que Yessie Macchi les anunció que su situación estaba en conocimiento de varios organismos humanitarios internacionales, y que cualquier daño que ella sufriera por su embarazo inmediatamente tendría consecuencias para el Uruguay y su régimen militar. La advertencia profundizó la incertidumbre de los oficiales, que optaron por retirarse de la sala y dejar sola a la mujer. Al día siguiente, el comandante de la unidad se presentó para pedirles a Elisa y ella que recogieran sus cosas para abandonar el cuartel. Las razones de esta medida se las aclaró luego otro oficial de la misma unidad: “Las mujeres no sirven para estar en los cuarteles”.
Si bien a mí me resultó relativamente barato quedar embarazada, no fue así para quien era mi compañero en ese momento. El estuvo tres meses siendo torturado simplemente para que dijera el nombre del guardia que había facilitado que nosotros estuviéramos juntos. Ya después de eso quedó totalmente traumatizado por dentro, lo que desembocó en un cáncer y su muerte el 27 de junio de 1980.
Más de tres años después de iniciada la rotación, los militares habían caído en la cuenta, gracias al embarazo de Yessie Macchi, de que “las mujeres no sirven para estar en los cuarteles”, por lo que resolvieron que las rehenes volvieran al penal de Punta de Rieles. Al principio las instalaron en un sector a todas juntas, con algunas presas que venían de otras zonas de la cárcel. Fue una especie de aislamiento antes de la integración con el resto de las reclusas.

Este regreso a la vida compartida del penal podría verse como una mejora respecto al severo aislamiento que sufrieron en los calabozos de los cuarteles de la dictadura. Sin embargo, estuvo bastante lejos de ser así en el caso de Yessie Macchi. El entusiasmo que ella sentía por su maternidad se vio empañado por el malestar que ocasionaba en un grupo pequeño pero influyente de presas.
Yo estaba muy orgullosa con mi embarazo, me parecía que era lo más grande que había podido lograr en toda mi vida. Al tiempo me enteré que en otro sector de la cárcel había compañeras que estaban en contra. Era una posición muy homogénea de ese grupo que impuso una mordaza a otras que también estaban en ese sector. Allí la crítica fue muy fuerte, aunque nunca me enteré cuál era.
Cuando el Comando de la cárcel constató esta división entre las presas, trasladó a Yessie Macchi a ese sector de reclusión, lo que le significó enfrentar un momento muy duro de la cárcel, quizás el más duro de todos.
Estuve rodeada de compañeras con las cuales no podía hablar, las críticas no se hacían de frente y ellas mismas habían implantado una especie de silencio hacia mí. Es muy difícil sufrir una cana doble, la que te imponen tus enemigos y la de compañeras que están tan presas como una. Quizás sus opiniones podían ser aceptadas como algo válido, aunque no compartido, pero no de la forma como lo hicieron, muy cruel. Incluso cuando mi hija venía a la visita de niños, ellas no la saludaban, fue una situación de mucha tensión.
En ese sector estuvo un año. Un año muy solitario. Allí también estuvo Lía Maciel, otra de las que había estado como rehén hasta finales de 1976. Con ella compartió sus estudios de psicología, pero la comunicación era difícil porque estaban en celdas distantes. Había otro aspecto que dificultaba la vida de Yessie en el Penal de Punta de Rieles, y era que la seguían interrogando por “el tema Trabal”, así que tenía los morrales prontos para los traslados a nuevos interrogatorios, nuevas torturas, y no lo podía compartir con nadie. Esta fue la segunda instancia (la primera fue los calabozos de la Región Militar Número 1) en la que tuvo que enfrentar sola la ausencia de libertad.
Nunca me dejé divagar, tenía la mente ocupada permanentemente, si había libros estaba leyendo, si no pensaba en los que había leído antes, escribía poemas mentalmente, usé mucho el canto, silbaba, recordé todos los tangos que sabía en mi vida, inventé otros. Recuerdo días enteros numerando la cantidad de compañeros que había conocido durante toda mi vida, lo cual me daba cuentas astronómicas y me llevaba días y días. Es increíble la capacidad creativa del ser humano.
Mientras esas estrategias para sobrevivir a la agresión del presidio se desarrollaban, recurriendo a todo el patrimonio personal y colectivo cosechado durante años de militancia, se iban eludiendo viejos lutos. Es que la cárcel no es un lugar propicio para elaborar duelos, por el contrario van aumentando, ante la constante pérdida de libertad.
La salida de la cárcel es el momento más difícil, yo le llamo el trauma de la libertad, porque se te plantea tirar abajo todos esos mecanismos de defensa que te pusiste para bancar la hostilidad del medio, y empezar a vivir como un ser humano normal, como si no te hubiera pasado nada o procesando el duelo por lo que te pasó.
El dolor por el compañero asesinado en el operativo de Parque del Plata en junio de 1972, y por el hijo que le hicieron abortar ese mismo día, fue asimilado por Yessie Macchi hace pocos años, y terminó en una profunda crisis alcohólica, de la que le costó mucho salir. Pidió mucha ayuda y no la obtuvo, salvo de su hermana mayor y alguna amiga íntima. “Hay que tener en cuenta que todos sufrían sus duelos y sus amputaciones”, asegura.
Yo me atendí permanentemente con psicólogos, primero por la relación con mi hija Paloma que tenía nueve años cuando yo salí en libertad, mi relación con mi nueva pareja, y toda mi reinserción implicó terapias. Y ninguno de los terapeutas que me atendieron estaba preparado, es un tema muy difícil. En algunos países los hay pero son contados, porque no es una simple neurosis común, es algo mucho más profundo, con raíces muy dolorosas, y exige del terapeuta cierta experiencia en la materia o una sensibilidad muy exquisita, que yo no encontré.
La labor para los psicólogos no era fácil. Se debatían con una persona que había mantenido firmes mecanismos de defensa durante más de catorce años en la cárcel y que durante ese lapso había estudiado lo mismo que ellos.
Yo los sobraba, cuando me preguntaban algo yo ya sabía por donde venían, tenían todas las de perder.
Pero Yessie también perdió. Dos compañeros, un hijo, un padre y tres lustros de libertad. La carga era muy pesada, y el consuelo que encontró fue el alcohol, hasta que decidió abandonar su hogar y refugiarse en una casa de salud durante cinco meses.
Estaba con cuatro viejitas amorosas y con ellas logré hacer mi duelo. Yo creo que cada uno tiene su ritmo. ¿Por qué ahora surgen tantos testimonios y tantos libros? Lleva su tiempo, es un tiempo histórico, que depende de todo un proceso.
Buena parte de ese período se vivió en el contexto de la lucha contra la ley de impunidad, que finalmente se perdió. Esa batalla, sin embargo, Yessie la vivió amortiguada porque al salir de la cárcel resolvió vivir en La Teja, así que buena parte de esos años los vivió abrazada por la solidaridad de los vecinos.
Aún así, no pude evitar esa crisis muy prolongada en el tiempo, fácilmente quince años de mi vida, en que yo no podía hablar de determinados temas. A lo largo de todos esos años yo logré conocerme totalmente, no sólo en el aislamiento de la cárcel sino en el posterior por mi enfermedad. Hoy me siento bien conmigo misma. Creo que lo que viví hasta el 85 fue bien vivido. Lo que viví después también lo fue, pero fue en una pelea constante contra la autodestrucción. Al menos eso fue lo que me pasó a mí.
1. El Collar era una columna que rodeaba todo el departamento de Montevideo y su finalidad era para una etapa superior de lucha, para evitar la entrada de tropas del ejército a Montevideo suponiendo que hubiera una situación insurreccional o revolucionaria, y al mismo tiempo impidiendo la salida de tropas para el interior si había un levantamiento allí, el cual era posible encuadrado en lo que era el plan Tatú. “En esa columna tenían que ser cuadros militares muy bien probados, porque era la barrera de choque. Yo me instalé ahí, en la parte de los balnearios del este, desde el arroyo Carrasco hasta el arroyo Solís Grande en el límite con Maldonado”.
2. “Albornoz era un caso típico de un hombre de inteligencia, porque él estaba ahí para clasificarnos, muy simpático, muy amable, de puertas abiertas en las celdas, y que fue en definitiva, mirado desde la perspectiva de ahora, el que planificó el penal represivo más duro que tuvimos, en base a los datos que ingenuamente nosotras mismas le fuimos dando, porque no estábamos acostumbradas a los militares como celadores, sí como torturadores”.
3. Yessie Macchi viajó a Cuba en 1967, estando aún en la legalidad, trabajando en Alcan Aluminios del Uruguay. Por ese tiempo, durante el día trabajaba como secretaría ejecutiva y durante el resto era una militante tupamara en cuyo apartamento de Malvín se congregaba buena parte de la dirección del MLN. Pero llegó un momento que fue muy difícil mantener la “doble vida”, por lo que la organización resolvió enviarla a Cuba, y lo que se pensó como una “representación” por seis meses terminó siendo una estadía de un año. Aprovechando el impulso dado por la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), que había aprobado la lucha armada en todo el continente, se vinculó con representantes de los movimientos de liberación nacional de la región, y recibió un intenso entrenamiento militar.
4. Cuando Yessie Macchi tenía 11 años sus padres deciden separarse, aunque continúan viviendo juntos en la misma casa, ellos en distintos cuartos, y ella en un tercero. Esa fue una etapa muy difícil para la niña, que además sufría la falta de su hermana mayor que debió viajar a Estados Unidos por motivos de estudio. “Ese fue mi primer aprendizaje de la soledad. Si lo miro desde hoy yo diría que fue, con todo lo que me tocó vivir en mi vida, los peores años de soledad”. Para superar esa situación se acercó primero a la Iglesia Católica y después a la Metodista, pero a los 13 años también se decepcionó de la vida religiosa y emprendió la exploración por otros caminos: “Siempre estaba a la búsqueda de algo que me sostuviera”.


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“EL ENDEUDAMIENTO Y LOS PRESTAMISTAS CON DISTINTAS FIGURAS EXISTEN DESDE TIEMPOS MUY REMOTOS”
La columna de Guillermo Macció en ‘Contrapunto’, lunes 3 de agosto de 2015.




“Nosotros vamos camino a un Estado corporativo donde desaparece la República soberana independiente, desaparece la sociedad civil y el ciudadano como hoy lo entendemos, para convertirse en un gran supermercado, una factoría colonial de consumidores que se rige por las leyes del mercado”, afirmó el demógrafo Guillermo Macció en su columna de los lunes en Radio Centenario, que en esta oportunidad coincidió con el Programa Especial de CX36 sobre pasado, presente y futuro de la deuda externa por lo que Macció también se refirió al tema “desde una visión un poco diferente. Una mirada no técnica sino esencialmente política, no sobre lo que nos pasa sino sobre lo que se podría hacer para romper este círculo vicioso y mafioso que agobia a las sociedades contemporáneas”,dijo. Transcribimos esta nota que puede volver a escuchar aquí:
http://www.ivoox.com/guillermo-maccio-3-8-audios-mp3_rf_5979820_1.html


“LA DEUDA ES ILEGÍTIMA PORQUE NO FUE UTILIZADA EN SERVICIO DE LA POBLACIÓN SINO EN BENEFICIO DE LAS TRANSNACIONALES Y DEL SISTEMA FINANCIERO”
Contacto con el contador Dardo Arigón en Programa Especial sobre deuda externa, 3 de agosto de 2015


“El gobierno quiere honrar la deuda porque eso le significa obtener nuevos créditos y poder a su vez amortizar los vencimientos con nuevas deudas. Es decir le permite poder cumplir con todo ese círculo vicioso de endeudamiento. Evidentemente que esto no beneficia a los pueblos pero el objetivo es honrar la deuda, al punto de que hoy el gobierno tiene una buena calificación en su grado de inversor porque tiene buenas reservas en el Banco Central, reservas que las está debiendo, pero son reservas y por esas reservas que tiene en la caja el Banco Central está pagando elevados intereses. Es uno de los peores negocios que está haciendo el gobierno, tiene dinero en la caja por el cual paga intereses altísimos cuando en realidad esas reservas deberían de haberse utilizado en desarrollar la economía nacional”, dijo el contador Dardo Arigón al participar en el Programa Especial que realizó CX36 sobre el pasado, presente y futuro de la deuda externa. Compartimos esta nota que Usted puede volver a escuchar en este enlace:
http://www.ivoox.com/cr-dardo-arigon-3-8-audios-mp3_rf_5980421_1.html




Top 7 mujeres surrealistas que probablemente no conoces

FRIDA KAHLO, LEONORA CARRINGTON Y REMEDIOS VARO SON LAS MÁS SONADAS, PERO COMO ELLAS HAY OTRAS MÁS

POR: PIJAMASURF - 11/08/2015 A LAS 22:08:09


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Autorretrato Frida
Autorretrato con collar de espinas y colibrí (1940)

El surrealismo se recuerda por la legión liderada por André Breton y artistas como Max Ernst, Salvador Dalí, a Man Ray, Buñuel, Miró, Magritte, por citar algunos. Este movimiento, sin embargo, tuvo también representantes femeninos importantes que merecen ser recordadas, más allá de mujeres surrealistas famosas como Leonora Carrington o Remedios Varo. Presentamos aquí una interesante lista compilada por el Huffington Post de 7 artistas que debería de conocer si te interesa el arte y los sueños.
1.     Dorothea Tanning (1910-2012)
Dorotea Tanning
Dorothea Tanning, Birthday (Cumpleaños), 1942, óleo
Centenaria más un año (101) al fallecer, esta artista estadounidense fue treinta años esposa del escultor surrealista Max Ernst. “Mantengan la mirada en el mundo interior, aléjense de las publicidades, los idiotas y las estrellas de cine, excepto cuando necesiten entretenerse”, dijo sabiamente en el 2002  —a pesar de haber trabajado en 1935 como diseñadora publicista ilustrando anuncios de moda para la tienda Macy’s —. El lienzo de ‘Birthday’ plasma su autorretrato, torso desnudo, con un atuendo que recuerda el tronco y las raíces de un árbol, tal vez ‘anclando’ al personaje a la tierra, aludiendo simultáneamente a la realidad fusionada con el sueño: la mujer abre una puerta y aparecen muchas otras puertas en un trabajo puro de perspectiva. Una criatura peluda, tipo roedor-alas de águila completa el marco surreal de la escena.
2. Bridget Bate Tichenor (1917-1990) 
Bridge Bate
Esta mujer nacida en Francia, se mudó a México al que adoptó como su país, al igual que numerosos artistas surrealistas que se establecieron en dicho territorio durante los años cincuenta. Coincidió con Remedios Varo y Leonora Carrington. Su obra se coloreó de tradiciones y simbolismos mexicanos, como ejemplificado en la ‘Caja de cristal’, obra en la que aparecen símbolos mexicanos tan claros como penachos de plumas, escarabajos, escorpiones y serpientes. Las alusiones a las máscaras y disfraces evocan su travesía personal hacia el desarrollo espiritual y el misticismo.
3. Toyen (1902-1980)
Toyen
Toyen, La Guerre (La Guerra), 1945, óleo
Marie Čermínová abandonó su ‘femenino’ nombre checo por el pseudónimo asexuado Toyen, derivado de la palabra ‘citoyen’ (del francés, ciudadano), sin duda, para reivindicar su paridad con los hombres en el plano artístico y personal. Su concepto erótico incorpora lenguas, vaginas, orgías, lesbianismo y objetos fálicos en sus lienzos donde alude a un mundo interior tabú de pulsiones sexuales e instintos animales, impulsado en años precedentes por el padre del psicoanálisis Freud. La ocupación alemana y el nazismo en su país terminaron por infiltrarse en lienzos como ‘La Guerra’, y su creación artística, en esa época perseguida como un arte ‘degenerado’, tuvo que ser confinada a la clandestinidad.
4. Kay Sage (1898-1963)
Kay Sage, Le Passage (El Pasaje), 1956, óleo
Kay Sage, Le Passage (El Pasaje), 1956, óleo
Su trabajo evoca arquitectura, sombras, pliegues y metales, con una dinámica y movimiento embebidas en un aura de estatismo, destacándose de los demás surrealistas por este sello distintivo. La artista se suicidó después que muriera su pareja, el también surrealista Yves Tanguy.
 5. Leonor Fini (1907-1996)
Leonor Fini
Leonor Fini, Comme tous les soirs (Como todas las noches), 1977, óleo
Nacida en Argentina y radicada en Italia, Leonor Fini experimentó numerosas visiones que plasmó en su arte por haber llevado un vendaje en los ojos durante su juventud, a causa de una enfermedad. Sus lienzos provocadores retratan la liberación sexual de la mujer y la castración, ella misma declarándose bisexual sin remordimientos y expresando abiertamente su nulo interés en el matrimonio y su preferencia por vivir ‘en comunidad, con un hombre que fuera mi amante y otro que fuera mi amigo’. La argentina llevó su avant-gardismo hasta la cabellera que se tiñó de color azul, naranja, rojo y dorado. En 1942, Fini crea el primer retrato de un hombre desnudo hecho por una mujer.
6. Dora Maar (1907-1997)
Dora Maa
Dora Maar, Portrait de Pablo Picasso (Retrato de Pablo Picasso), 1936, óleo
Maar, la musa francesa de Picasso en ‘Guernica’ y fotógrafa de formación, fue influenciada por el artista Cubista, y pudo reinterpretar su arte en lenguaje propio, imitando los retratos que Picasso mismo le hizo, colaborando con el artista en plasmar dos versiones, dos interpretaciones del mismo arte.  Lógicamente existieron quienes nunca lograron apreciar la originalidad de su trabajo por la sombra inminente de Picasso.
7. Stella Snead (1910-2006)

Stella Sneed
Stella Snead, Animal Kingdom (Reino Animal), 1946, óleo
Stella Snead no dio vida al arte, el arte le dio vida. Ya adolescente era una persona depresiva, con baja autoestima, con cicatrices de su infancia difícil por un padre mentalmente inestable. La primera vez que tuvo la oportunidad de apreciar una pintura, encontró un aliciente para seguir viviendo. Sus cuadros muestran escenas nocturnas, animales exóticos, panoramas de Nuevo México, esculturas y ruinas antiguas, el todo embebido en un juego profesional de manejo de perspectivas. La obra de Snead tuvo reconocimiento antes que ella feneciera, y, a los 88 años, le fue ofrecida una exposición donde ella sola expondría sus trabajos.
Muchas de estas mujeres surrealistas, ciertamente compartieron la época y la cuna del surrealismo: la Francia de los años cuarenta; probablemente compartieron hombres (y mujeres), y todas abrieron las puertas a la liberación sexual de la mujer, a la práctica de costumbres diferentes nunca antes adoptadas por ningún individuo de cromosomas (XX).
Si esperábamos más erotismo por parte de un pintor de sexo masculino, estas mujeres nos dejan con la boca abierta, vaya que su pintura refleja despreocupación hacia el dominio de la moral y la razón. Puro instinto, instinto femenino. Sus nombres son un déjà vu, y su arte será enaltecido en la exposición neoyorkina ‘Cherchez la femme: women and surrealism’ (‘Busquen a la dama: mujeres y surrealismo’, en New York)
Con suerte y quizá aparezca un lienzo como los refugios de inspiración estética que pintó Frida Kahlo, o algo de la obra de Leonora Carrington cuya obra representa una ‘surreal’ sorpresa —hasta para los expertos en el campo. 





Fascinante TEORÍA sugiere que el ALMA entra en el FETO en la SÉPTIMA SEMANA (7×7) a través de la GLÁNDULA PINEAL, lo que coincide con el mismo número de días que, según el LIBRO TIBETANO de los MUERTOS, el ALMA tarda en REENCARNAR!! Observo con gran regocijo como cada vez son más personas las que se están fijando y dándose cuenta de la GRAN IMPORTANCIA de los NÚMEROS…, y no me refiero ...

Atando Cabos - Agitación planetaria y psicópatas desenfrenados

SOTT Radio Network Nº 38

Acompáñenos el próximo sábado 8 de agosto a las 6:00 pm (GTM +2) a nuestra conversación semanal sobre los eventos más importantes de la semana con los editores de SOTT en español.
Recuerde que puede participar en el chat en vivo desde YouTube, para compartir comentarios y preguntas.
Horarios: Argentina: 1:00pm, México: 11:00pm, España: 6:00pm

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Atando Cabos: Agitación planetaria y psicópatas desenfrenados - SOTT Radio Network (vídeo)

Acompáñenos a nuestra conversación semanal sobre los eventos más importantes de la semana con los editores de SOTT en español.
Imagen
© Sott.net





Fascinante TEORÍA sugiere que el ALMA entra en el FETO en la SÉPTIMA SEMANA (7×7) a través de la GLÁNDULA PINEAL, lo que coincide con el mismo número de días que, según el LIBRO TIBETANO de los MUERTOS, el ALMA tarda en REENCARNAR!!

Observo con gran regocijo como cada vez son más personas las que se están fijando y dándose cuenta de la GRAN IMPORTANCIA de los NÚMEROS…, y no me refiero solamente al uso PARTIDISTA que hacen de ello la CÁBALA OSCURA.
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El último en sumarse a esta fascinación por los números ha sido JL de MD…
También llevamos tiempo comentando que aunque de momento nuestro objetivo más inmediato es DESCIFRAR la MATRIX a través de las PREMISAS en las que nos basamos (entre las que están incluidas la NUMEROLOGÍA y la GEMATRÍA), es decir,OBSERVAR y ANOTAR el USO que hace la CÁBALA OSCURA de los NÚMEROS…, llegará un momento que, gracias y a través de esa OBSERVACIÓN, podamos entender mejor el FUNCIONAMIENTO del UNIVERSO INTELIGENTE y MATEMÁTICO, que es bastante más importante que lo primero…
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La CÁBALA OSCURA , o una de las dos CARAS del UNIVERSO INTELIGENTE en 3d, utiliza esos NÚMEROS PROBABLEMENTE como lo hace todo en este MUNDO ORWELLIANO…, es decir, al REVÉS.
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Y hoy vamos a ver un claro ejemplo que nos puede ratificar esto. Ya hemos visto en la trayectoria de este blog cómo la CÁBALA OSCURA ha utilizado el 7, 77 y 777 en innumerables eventos DESTRUCTIVOS que ellos mismos han provocado…Desde el Tsunami de Sumatra, los atentados de Londres, el Tsunami de JAPÓN relacionado con el 11M a través del 7 de nuevo, los últimos atentados de ISIS 77 días antes del 11$, etc..
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Y hoy veremos una fascinante y revolucionaria teoría que cuadra con nuestras pesquisas, y que teoriza sobre cómo LA VIDA está directamente relacionada con el 49…o el 7X7…, lo contrario a lo que hace la CÁBALA y que CONFIRMA la GEMETRÍA tan REVELADORA de PALABRAS CLAVE: AMOR y DIOS.
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Por otro lado y referente a la CÁBALA OSCURA, nos queda por descifrar el por qué utilizan, aparentemente de forma indistinta, unos números u otros para sus RITUALES…, pero ya os adelanto que he empezado por fin, me ha costado horrores, a leer sobre la CÁBALA y he empezado a encontrar cierto sentido a ese uso aparentemente indistinto de los diferentes números…, aunque creo que todavía queda mucho recorrido para poder compartirlo con todos.
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Os dejo ya con esta teoría tan interesante…

FASCINANTE TEORÍA SUGIERE QUE EL ALMA ENTRA EN EL FETO EN LA SÉPTIMA SEMANA A TRAVÉS DE LA GLÁNDULA PINEAL

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AUTOR | ALEJANDRO MARTÍNEZ GALLARDO 30 MARZO, 2015
El Dr. Rick Strassman encontró fascinantes coincidencias entre eldesarrollo del feto humano y las descripciones del Libro Tibetano de la Muerte:84964_subitem_full

¿entra el alma al cuerpo humano a través de la glándula pineal, sintetizada en la “molécula del espíritu”?

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En su libro DMT: The Spirit Molecule, el Dr. Rick Strassman sugiere una hipótesis fascinante: que el alma humana encarna en el cuerpo en la séptima semana después de concepción, utilizando la glándula pineal como canal espiritual y a la molécula psicodélica DMT (dimetiltriptamina) como un catalizador. El DMT, unapoderosa sustancia psicodélica, se produce de manera natural en la glándula pineal –algo que Strassman había teorizado sin tener aún pruebas, pero que recientemente se ha comprobado— y podría estar también vinculado con las experiencias cercanas de la muerte. A su vez, la glándula pineal se hace visible en el feto humano a los 49 días, misma cantidad de días en los que un alma tarda en reencarnar según el Bardo Thodol (Libro Tibetano de los Muertos). Estas coincidencias han llevado a Strassman a formular esta teoría, en sus propias palabras:
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La glándula pineal humana se hace visible en el feto en desarrollo a las 7 semanas, o 49 días, después de concepción. Me pareció interesante descubrir que esto coincide casi exactamente con el momento en el que uno puede ver el primer indicativo del género femenino o masculino.

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Ya sabía que en el Libero Tibetano de los Muertos se enseña que el alma tarda 49 días en reencarnar. Esto es, pasan siete semanas del tiempo de la muerte de una persona hasta que la fuerza vital “renace” en un nuevo cuerpo…

El renacimiento del alma, la pineal y los órganos sexuales todos requieren 49 días en manifestarse.

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Strassman teoriza, siguiendo los reportes de experiencias cercanas a la muerte en los que se describen momentos de conciencia incorpórea, que es el DMT el que hace accesible estos estados de conciencia:

Es posible que la [glándula] pineal sea el órgano más activo en el cuerpo al tiempo de la muerte. ¿Podemos decir que tal vez la fuerza vital sale del cuerpo a través de la pineal?

La consecuencia de esta cascada de DMT a la hora de la muerte sobre nuestra mente basada en el cerebro es un estremecimiento de los velos que normalmente ocultan lo que los budistas tibetanos llaman el bardo, o un estado intermedio entre esta vida y la que sigue.
El  alma humana se mantendría en ese estado liminal del bardo, que en otras culturas es representado como una especie de juicio donde los actos de la vida son puestos en una balanza y el alma recapitula su experiencia (una especie de rendición de cuentas y administración de recursos psíquicos). En el budismo tibetano, la conciencia vaga por este mundo intermedio y si no logra encontrar la Luz Clara, regresa a la vida y el ciclo vuelve a comenzar. Strassman sugiere que el alma podría tardar 49 días en estar lista, 49 días en los que también se forma la glándula pineal y la capacidad de sintetizar DMT:
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La glándula pineal podría actuar como una antena o pararrayos para el alma. Y la diferenciación sexual masculina o femenina, ocurriendo en el mismo momento, provee un marco biológico a través del cual la fuerza vital se puede asentar…
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El movimiento de esta energía, los residuos de la fuerza vital del pasado hacia el presente, a través de la pineal y hacia el interior del feto, podrían ser el primer flash de DMT. Este es el amanecer de la autopercepción, de la mente, de la conciencia como una entidad sexual y biológica diferenciada.La luz enceguecedora del DMT pineal secretado dentro del cerebro en desarrollo, marca el paso a través de este umbral.  
Muchas personas ni siquiera creen en el alma. Otras consideran que el alma es completamente inmaterial –esta es la visión de Platón y de los neoplatónicos que creían que el cuerpo era creado por el alma. Antes Rene Descartes, ubicó el asiento del alma, en la glándula pineal, algo que a lo largo del tiempo ha sido visto con escarnio. De cualquier forma, la sincronicidad hallada por Strassman -esta triple coincidencia que parece tener un significado profundo– nos deja en un estado de asombro y mistificación. Aunque nos pueda parecer improbable, por más coincidencias que se encuentren, sólo considerar la posibilidad nos deja en un embeleso poético: un arco que conecta la muerte con la vida y la vida con la muerte, un sólo instante de 49 días que es un flash de luz y conciencia, una crisálida que es también, en su reverso, un nuevo embrión; una imagen de la eternidad que vuelve a proyectarse en el tiempo.

Más sobre el DMT y el misterio de la glándula pineal: El Ojo en el Cielo o la conexión entre la glándula pineal y el sol

DMT
Sigue al autor en Twitter: @alepholo 
Y para acabar os dejo con este FABULOSO corto sobre la Naturaleza Fractal, la Geometria Sagrada y los Números.

¡¡¡Besos y abrazos!!!

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EL AMOR INCONDICIONAL DE LOS INDIOS HOPI.

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Sin reserva ni duda, permítete estar en el mundo tal como eres, sin un pensamiento o palabra de juicio.                
No veo error alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir y creer porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.
No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón.
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No he estado donde tu has estado ni experimentado lo que has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única.
Te amo exactamente como eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.
Sin reserva ni duda, permite que cada elección te enseñe de la forma que te parezca más apropiada en cada momento.
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No puedo saber lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti o lo que necesitas, porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo, con quien o en qué periodo de tiempo.
No puedo ver siempre la totalidad del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conducen hacia arriba o hacia abajo, porque esto sólo sería mi punto de vista.

Sé que eres guiado igual que lo soy yo.

Te amo tal como eres y sobre todo, te amo por lo que eres.

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LA VERDAD

NOS

HA HECHO LIBRES!

Pre y PARTO de 3d a 4d del 17-12-13 o 13-13-13!

la verdad nos hará libres















Un espejo en el que algunos no quieren mirarse

Un espejo en el que algunos no quieren mirarse
Amodio Pérez ©adhocfotos


El regreso de Amodio Pérez no pasó desapercibido. En el fondo, logró lo que se proponía. Reiteró un discurso conocido, sólo que ahora lo dijo acá y frente a periodistas.
Discurso con debilidades más que obvias. Pero con afirmaciones que tienen correlato y deberán ser incorporadas a la verdad histórica, si se prueban: ¿Amodio fue el único traidor? ¿Torturó el MLN? ¿Ejecutó a más de un militante? ¿Hubo acuerdo MLN - Wilson Ferreira Aldunate para dar un "golpe bueno"?
Todo parece indicar que Amodio es el espejo en el que algunos no quieren mirarse. 










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Un espejo en el que algunos no quieren mirarse










su llegada es "una carta sucia y ruin"

Rosencof: Amodio “es el más infeliz del pueblo”


El dirigente tupamaro Mauricio Rosencof, se refirió a la llegada al país de Amodio Pérez y sus posteriores citaciones a declarar ante la Justicia. “En vez de llamar a la Justicia, debieron llamar a la barométrica”, opinó el escritor.
Mauricio Rosencof aseguró que Amodio Pérez “es el más infeliz del pueblo”, y adelantó que por el momento no ha sido citado a declarar. “En vez de llamar a la Justicia, debieron llamar a la barométrica”, dijo respecto al ex tupamaro, a quien prefirió ni nombrar.
En diálogo con Montevideo Portal, Rosencof opinó que “tiene que haber algún servicio” de inteligencia detrás de los intereses de la visita de Amodio Pérez a Uruguay.
El escritor calificó a la llegada del ex tupamaro como “una tristeza política” y “una carta sucia y ruin”.
“Hubo 20 mil presos, desaparecidos, torturados, niños que faltan”, subrayó Rosencof, recordando que la salida de Amodio Pérez y Alicia Rey se dio gracias al general Esteban Cristi y el coronel Ramón Trabal, luego de un acuerdo entre Julio María Sanguinetti y Francisco Franco. 






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