Los ricos, al consumir alimentos orgánicos, vivirán más que los pobres, que comen basura
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Cómo Hackear una Elección
Andrés Sepúlveda afirma haber alterado campañas electorales durante ocho años dentro de Latinoamérica.
Justo antes de la medianoche Enrique Peña Nieto anunció su victoria como el nuevo presidente electo de México. Peña Nieto era abogado y millonario, proveniente de una familia de alcaldes y gobernadores. Su esposa era actriz de telenovelas. Lucía radiante mientras era cubierto de confeti rojo, verde y blanco en la sede central del Partido Revolucionario Institucional, o PRI, el cual había gobernado por más de 70 años antes de ser destronado en el 2000. Al devolver el poder al PRI en aquella noche de julio de 2012 Peña Nieto prometió disminuir la violencia ligada al narcotráfico, luchar contra la corrupción y dar inicio a una era más transparente en la política mexicana.
A dos mil millas de distancia (3.200 kilómetros), en un departamento en el lujoso barrio de Chicó Navarra en Bogotá, Andrés Sepúlveda estaba sentado frente a seis pantallas de computadores. Sepúlveda es colombiano, de constitución robusta, con cabeza rapada, perilla y un tatuaje de un código QR con una clave de cifrado en la parte de atrás de su cabeza. En su nuca están escritas las palabras “
Cuando Peña Nieto ganó Sepúlveda comenzó a destruir evidencia. Perforó agujeros en memorias USB, discos duros y teléfonos móviles, calcinó sus circuitos en un microondas y luego los hizo pedazos con un martillo. Trituró documentos y los tiró por el excusado, junto con borrar servidores alquilados de forma anónima en Rusia y Ucrania mediante el uso de Bitcoins. Desbarataba la historia secreta de una de las campañas más sucias de Latinoamérica en los últimos años.
Sepúlveda, de 31 años, dice haber viajado durante ocho años a través del continente manipulando las principales campañas políticas. Con un presupuesto de US$600.000, el trabajo realizado para la campaña de Peña Nieto fue por lejos el más complejo. Encabezó un equipo de seis hackers que robaron estrategias de campaña, manipularon redes sociales para crear falsos sentimientos de entusiasmo y escarnio e instaló spyware en sedes de campaña de la oposición, todo con el fin de ayudar a Peña Nieto, candidato de centro derecha, a obtener una victoria. En aquella noche de julio, destapó botella tras botella de cerveza Colón Negra a modo de celebración. Como de costumbre en una noche de elecciones, estaba solo.
La carrera de Sepúlveda comenzó en 2005, y sus primeros fueron trabajos fueron menores - consistían principalmente en modificar sitios web de campañas y violar bases de datos de opositores con información sobre sus donantes. Con el pasar de los años reunió equipos que espiaban, robaban y difamaban en representación de campañas presidenciales dentro de Latinoamérica. Sus servicios no eran baratos, pero el espectro era amplio. Por US$12.000 al mes, un cliente contrataba a un equipo que podía hackear teléfonos inteligentes, falsificar y clonar sitios web y enviar correos electrónicos y mensajes de texto masivos. El paquete prémium, a un costo de US$20.000 mensuales, también incluía una amplia gama de intercepción digital, ataque, decodificación y defensa. Los trabajos eran cuidadosamente blanqueados a través de múltiples intermediarios y asesores. Sepúlveda señala que es posible que muchos de los candidatos que ayudó no estuvieran al tanto de su función. Sólo conoció a unos pocos.
Sus equipos trabajaron en elecciones presidenciales en Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, México, Costa Rica, Guatemala y Venezuela. Las campañas mencionadas en esta historia fueron contactadas a través de ex y actuales voceros; ninguna salvo el PRI de México y el Partido de Avanzada Nacional de Guatemala quiso hacer declaraciones.
De niño, fue testigo de la violencia de las guerrillas marxistas de Colombia. De adulto se unió a derecha que emergía en Latinoamérica. Creía que sus actividades como hacker no eran más diabólicas que las tácticas de aquellos a quienes se oponía, como Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Muchos de los esfuerzos de Sepúlveda no rindieron frutos, pero tiene suficientes victorias como para decir que ha influenciado la dirección política de América Latina moderna tanto como cualquier otra persona en el siglo XXI. "Mi trabajo era hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, rumores, en fin, toda la parte oscura de la política que nadie sabe que existe pero que todos ven", dice sentado en una pequeña mesa de plástico en un patio exterior ubicado en lo profundo de las oficinas sumamente resguardadas de la Fiscalía General de Colombia. Actualmente, cumple una condena de 10 años por los delitos de uso de software malicioso, conspirar para delinquir, violación de datos y espionaje conectados al hackeo de las elecciones de Colombia de 2014. Accedió a contar su versión completa de los hechos por primera vez con la esperanza de convencer al público de que se ha rehabilitado y obtener respaldo para la reducción de su condena.
Generalmente, señala, estaba en la nómina de Juan José Rendón, un asesor político que reside en Miami y que ha sido catalogado como el Karl Rove de Latinoamérica. Rendón niega haber utilizado a Sepúlveda para cualquier acto ilegal y refuta de forma categórica la versión que Sepúlveda entregó a Bloomberg Businessweek sobre su relación, pero admite conocerlo y haberlo contratado para el diseño de sitios webs. "Si hablé con él puede haber sido una o dos veces, en una sesión grupal sobre eso, sobre el sitio web", declara. “En ningún caso hago cosas ilegales. Hay campañas negativas. No les gusta, de acuerdo. Pero si es legal lo haré. No soy un santo, pero tampoco soy un criminal" (Destaca que pese a todos los enemigos que ha acumulado con el transcurso de los años debido a su trabajo en campañas, nunca se ha visto enfrentado a ningún cargo criminal). A pesar de que la política de Sepúlveda era destruir todos los datos al culminar un trabajo, dejó algunos documentos con miembros de su equipo de hackers y otros personas de confianza a modo de “póliza de seguro” secreta.
Sepúlveda proporcionó a Bloomberg Businessweek correos electrónicos que según él muestran conversaciones entre él, Rendón, y la consultora de Rendón acerca del hackeo y el progreso de ciberataques relacionados a campañas. Rendón señala que los correos electrónicos son falsos. Un análisis llevado a cabo por una empresa de seguridad informática independiente demostró que un muestreo de los correos electrónicos que examinaron parecen ser auténticos. Algunas de las descripciones de Sepúlveda sobre sus actividades concuerdan con relatos publicados de eventos durante varias campañas electorales, pero otros detalles no pudieron ser verificados de forma independiente. Una persona que trabajó en la campaña en México y que pidió mantener su nombre en reserva por temor a su seguridad, confirmó en gran parte la versión de Sepúlveda sobre su función y la de Rendón en dicha elección.
Sepúlveda dice que en España le ofrecieron varios trabajos políticos que habría rechazado por estar demasiado ocupado. Al preguntarle si la campaña presidencial de EEUU está siendo alterada, su respuesta es inequívoca. “Estoy cien por ciento seguro de que lo está”, afirma.
Sepúlveda creció en medio de la pobreza en Bucaramanga, ocho horas al norte de Bogotá en auto. Su madre era secretaria. Su padre era activista y ayudaba a agricultores a buscar mejores productos para cultivar que la coca, por lo que la familia se mudó constantemente debido a las amenazas de muerte de narcotraficantes. Sus padres se divorciaron y a los 15 años, tras reprobar en la escuela, se mudó donde su padre en Bogotá y utilizó un computador por primera vez. Más tarde se inscribió en una escuela local de tecnología y a través de un amigo que conoció ahí aprendió a programar.
En 2005, el hermano mayor de Sepúlveda, publicista, ayudaba en las campañas parlamentarias de un partido alineado con el entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe. Uribe era uno de los héroes de los hermanos, un aliado de Estados Unidos que fortaleció al ejército para luchar contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Durante una visita a la sede del partido, Sepúlveda sacó su computador portátil y comenzó a analizar la red inalámbrica del recinto. Con facilidad interceptó el computador de Rendón, el estratega del partido, y descargó la agenda de Uribe y sus próximos discursos. Sepúlveda señala que Rendón se puso furioso y lo contrató ahí mismo. Rendón dice que esto nunca ocurrió.
Durante décadas, las elecciones en Latinoamérica fueron manipuladas y no ganadas, y los métodos eran bastante directos. Los encargados locales de adulterar elecciones repartían desde pequeños electrodomésticos a dinero en efectivo a cambio de votos. Sin embargo, en la década de 1990 reformas electorales se extendieron por la región. Los votantes recibieron tarjetas de identificación imposibles de falsificar y entidades apartidistas se hicieron cargo de las elecciones en varios países. La campaña electoral moderna, o al menos una versión con la cual Norteamérica estaba familiarizada, había llegado a Latinoamérica.
Rendón ya había lanzado una exitosa carrera que según sus críticos - y más de una demanda - estaba basada en el uso de trucos sucios y la divulgación de rumores. (En 2014, Carlos Mauricio Funes, el entonces presidente de El Salvador, acusó a Rendón de orquestar campañas de guerra sucia dentro de Latinoamérica. Rendón lo demandó en Florida por difamación, pero la corte desestimó el caso señalando que no se podía demandar a Funes por sus actos oficiales). Hijo de activistas a favor de la democracia, estudió sicología y trabajó en publicidad antes de asesorar a candidatos presidenciales en su país natal, Venezuela. Después de acusar en 2004 al entonces presidente Hugo Chávez de fraude electoral, dejó el país y nunca regresó.
Sepúlveda dice que su primer trabajo como hacker consistió en infiltrar el sitio web de un rival de Uribe, robar una base de dato de correos electrónicos y enviar correos masivos a los usuarios con información falsa. Recibió US$15.000 en efectivo por un mes de trabajo, cinco veces más de lo que ganaba en su trabajo anterior como diseñador de sitios web.
Rendón, que era dueño de una flota de automóviles de lujo, usaba relojes ostentosos y gastaba miles de dólares en trajes a medida, deslumbró a Sepúlveda. Al igual que Sepúlveda, Rendón era un perfeccionista. Esperaba que sus empleados llegaran a trabajar temprano y se fueran tarde. "Era muy joven, hacía lo que me gustaba, me pagaban bien y viajaba, era el trabajo perfecto". Pero más que cualquier otra cosa, sus políticas de derecha coincidían. Sepúlveda señala que veía a Rendón como un genio y mentor. Budista devoto y practicante de artes marciales, según su propio sitio web, Rendón cultivaba una imagen de misterio y peligro, vistiendo solo ropa negra en público e incluso utilizando de vez en cuando la vestimenta de un samurái. En su sitio web se denomina el estratega político “mejor pagado, más temido y también el más solicitado y eficiente”. Sepúlveda sería en parte responsable de aquello.
Rendón, indica Sepúlveda, se dio cuenta de que los hackers podían integrarse completamente en una operación política moderna, llevando a cabo ataques publicitarios, investigando a la oposición y hallando maneras de suprimir la participación de un adversario. En cuanto a Sepúlveda, su aporte era entender que los votantes confiaban más en lo que creían eran manifestaciones espontáneas de personas reales en redes sociales que en los expertos que aparecían en televisión o periódicos. Sabía que era posible falsificar cuentas y crear tendencias en redes sociales, todo a un precio relativamente bajo. Escribió un software, llamado ahora Depredador de Redes Sociales, para administrar y dirigir un ejército virtual de cuentas falsas de Twitter. El software le permitía cambiar rápidamente nombres, fotos de perfil y biografías para adaptarse a cualquier circunstancia. Con el transcurso del tiempo descubrió que manipular la opinión pública era tan fácil como mover las piezas en una tablero de ajedrez, o en sus palabras, “pero también cuando me di cuenta que las personas creen más a lo que dice Internet que a la realidad, descubrí que 'tenía el poder' de hacer creer a la gente casi cualquier cosa".
Según Sepúlveda, recibía su sueldo en efectivo, la mitad por adelantado. Cuando viajaba empleaba un pasaporte falso y se hospedaba solo en un hotel, lejos de los miembros de la campaña. Nadie podía ingresar a su habitación con un teléfono inteligente o cámara fotográfica.
La mayoría de los trabajos eran acordados en persona. Rendón entregaba a Sepúlveda una hoja con nombres de objetivos, correos electrónicos y teléfonos. Sepúlveda llevaba la hoja a su hotel, ingresaba los datos en un archive encriptado y luego quemaba el papel o lo tiraba por el excusado. Si Rendón necesitaba enviar un correo electrónico, empleaba lenguaje codificado. “Dar caricias” significaba atacar; “escuchar música” significaba interceptar las llamadas telefónicas de un objetivo.
Rendón y Sepúlveda procuraron no ser vistos juntos. Se comunicaban a través de teléfonos encriptados que reemplazaban cada dos meses. Sepúlveda señala que enviaba informes de avance diarios y reportes de inteligencia desde cuentas de correo electrónico desechable a un intermediario en la firma de consultoría de Rendón.
Cada trabajo culminaba con una secuencia de destrucción específica, codificada por colores. El día de las elecciones, Sepúlveda destruía todos los datos clasificados como “rojos”. Aquellos eran archivos que podían enviarlo a prisión a él y a quienes hubiesen estado en contacto con ellos: llamadas telefónicos y correos electrónicos interceptados, listas de víctimas de piratería informática e informes confidenciales que preparaba para las campañas. Todos los teléfonos, discos duros, memorias USB y servidores informáticos eran destruidos físicamente. Información "amarilla" menos sensible - agendas de viaje, planillas salariales, planes de recaudación de fondos - se guardaban en un dispositivo de memoria encriptado que se le entregaba a las campañas para una revisión final. Una semana después, también sería destruido.
Para la mayoría de los trabajos Sepúlveda reunía a un equipo y operaba desde casas y departamentos alquilados en Bogotá. Tenía un grupo de 7 a 15 hackers que iban rotando y que provenían de distintas partes de Latinoamérica, aprovechando las diferentes especialidades de la región. En su opinión, lo brasileños desarrollan el mejor malware. Los venezolanos y ecuatorianos son expertos en escanear sistemas y software para detectar vulnerabilidades. Los argentinos son artistas cuando se trata de interceptar teléfonos celulares. Los mexicanos son en su mayoría hackers expertos pero hablan demasiado. Sepúlveda sólo acudía a ellos en emergencias.
Estos trabajos demoraban desde un par de días a varios meses. En Honduras, Sepúlveda defendió el sistema computacional y comunicacional del candidato presidencial Porfirio Lobo Sosa de hackers empleados por sus opositores. En Guatemala, interceptó digitalmente datos de seis personajes del ámbito de la política y los negocios y dice que entregó la información a Rendón en memorias USB encriptadas que dejaba en puntos de entrega secretos. (Sepúlveda dice que este fue un trabajo pequeño para un cliente de Rendón ligado al derechista Partido de Avanzada Nacional (PAN). El PAN señala que nunca contrato a Rendón y dice no estar al tanto de ninguna de las actividades que relata Sepúlveda). En Nicaragua en 2011, Sepúlveda atacó a Ortega, quien se presentaba a su tercer período presidencial. En una de las pocas ocasiones en las que trabajó para otro cliente y no para Rendón, infiltró la cuenta de correo electrónico de Rosario Murillo, esposa de Ortega y principal vocera de comunicación del gobierno, y robó un caudal de secretos personales y gubernamentales.
En Venezuela en 2012, impulsado por su aversión a Chávez, el equipo dejó de lado su precaución habitual. Durante la campaña de Chávez para postular a un cuarto período presidencial, Sepúlveda publicó un video de YouTube anónimo en el que hurgaba en el correo electrónico de una de las personas más poderosas de Venezuela, Diosdado Cabello, en ese entonces presidente de la Asamblea Nacional. También salió de su estrecho círculo de hackers de confianza y movilizó a Anonymous, el grupo de hackers activistas, para atacar el sitio web de Chávez.
Tras el ataque de Sepúlveda a la cuenta de Twitter de Cabello, Rendón lo habría felicitado. “Eres noticia :)” escribió en un correo electrónico el 9 de septiembre de 2012 adjunto un enlace a una historia sobre la falla de seguridad. Sepúlveda proporcionó pantallazos de decenas de correos electrónicos y varios de los correos originales escritos en jerga hacker (“Owned!”, decía un correo, haciendo referencia al hecho de haber comprometido la seguridad de un sistema), que muestran que durante noviembre de 2011 y septiembre de 2012 Sepúlveda envió largas listas de sitios gubernamentales que había infiltrado para varias campañas a un alto miembro de la empresa de asesoría de Rendón. Dos semanas antes de la elección presidencial en Venezuela, Sepúlveda envió pantallazos mostrando cómo había infiltrado el sitio web de Chávez y cómo podía activarlo y desactivarlo a voluntad.
Chávez ganó las elecciones pero murió de cáncer cinco meses después, lo que llevó a realizar una elección extraordinaria en la que Nicolás Maduro fue electo presidente. Un día antes que Maduro proclamara su victoria, Sepúlveda hackeó su cuenta de Twitter y publicó denuncias de fraude electoral. El gobierno Venezolano culpó a “hackeos conspiradores del exterior” y deshabilitó internet en todo el país durante 20 minutos.
En México, el dominio técnico de Sepúlveda y la gran visión de una máquina política despiadada de Rendón confluyeron plenamente, impulsados por los vastos recursos del PRI. Los años bajo el gobierno del presidente Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional, PAN) se vieron plagados por una devastadora guerra contra los carteles de drogas, lo que hizo que secuestros, asesinatos en la vía pública y decapitaciones fuesen actos comunes. A medida que se aproximaba el 2012, el PRI ofreció el entusiasmo juvenil de Peña Nieto, quien recién había terminado su período como gobernador.
A Sepúlveda no le agradaba la idea de trabajar en México, un país peligroso para involucrarse en el ámbito público. Pero Rendón lo convenció para realizar viajes breves desde el 2008 y volando frecuentemente en su avión privado. Durante un trabajo en Tabasco, en la sofocante costa del Golfo de México, Sepúlveda hackeó a un jefe político que resultó tener conexiones con un cartel de drogas. Luego que el equipo de seguridad de Rendón tuvo conocimiento de un plan para asesinar a Sepúlveda, este pasó la noche en una camioneta blindada Suburban antes de regresar a Ciudad de México.
En la práctica, México cuenta con tres principales partidos políticos y Peña Nieto enfrentaba tanto a oponentes de derecha como de izquierda. Por la derecha, el PAN había nominado a Josefina Vázquez Mota, la primera candidata del partido a presidenta. Por la izquierda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), eligió a Andrés Manuel López Obrador, ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Las primeras encuestas le daban 20 puntos de ventaja a Peña Nieto, pero sus partidarios no correrían riesgos. El equipo de Sepúlveda instaló malware en enrutadores en el comando del candidato del PRD, lo que le permitió interceptor los teléfonos y computadores de cualquier persona que utilizara la red, incluyendo al candidato. Realizó acciones similares contra Vázquez Mota del PAN. Cuando los equipos de los candidatos preparaban discursos políticos, Sepúlveda tenía acceso a la información tan pronto como los dedos de quien escribía el discurso tocaban el teclado. Sepúlveda tenía conocimiento de las futuras reuniones y programas de campaña antes que los propios miembros de cada equipo.
El dinero no era problema. En una ocasión Sepúlveda gastó US$50,000 en software ruso de alta gama que rápidamente interceptaba teléfonos Apple, BlackBerry y Android. También gastó una importante suma en los mejores perfiles falsos de Twitter, perfiles que habían sido mantenidos al menos un año lo que les daba una pátina de credibilidad.
Sepúlveda administraba miles de perfiles falsos de este tipo y usaba las cuentas para hacer que la discusión girara en torno a temas como el plan de Peña Nieto para poner fin a la violencia relacionada con el tráfico de drogas, inundando las redes sociales con opiniones que usuarios reales replicarían. Para tareas menos matizadas, contaba con un ejército mayor de 30.000 cuentas automatizadas de Twitter que realizaban publicaciones para generar tendencias en la red social. Una de las tendencias en redes sociales a las que dio inicio sembró el pánico al sugerir que mientras más subía López Obrador en las encuestas, más caería el peso. Sepúlveda sabía que lo relativo a la moneda era una gran vulnerabilidad. Lo había leído en una de las notas internas del personal de campaña del propio candidato.
Sepúlveda y su equipo proveían casi cualquier cosa que las artes digitales oscuras podían ofrecer a la campaña de Peña Nieto o a importantes aliados locales. Durante la noche electoral, hizo que computadores llamaran a miles de votantes en el estratégico y competido estado de Jalisco, a las 3:00a.m., con mensajes pregrabados. Las llamadas parecían provenir de la campaña del popular candidato a gobernador de izquierda Enrique Alfaro Ramírez. Esto enfadó a los votantes —esa era la idea— y Alfaro perdió por un estrecho margen. En otra contienda por la gobernación, Sepúlveda creó cuentas falsas en Facebook de hombres homosexuales que decían apoyar a un candidato católico conservador que representaba al PAN, maniobra diseñada para alienar a sus seguidores. “Siempre sospeché que había algo raro”, señaló el candidato Gerardo Priego al enterarse de cómo el equipo de Sepúlveda manipuló las redes sociales en la campaña.
En mayo, Peña Nieto visitó la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México y fue bombardeado con consignas y abucheado por los estudiantes. El desconcertado candidato se retiró junto a sus guardaespaldas a un edificio contiguo, y según algunas publicaciones en medios sociales se escondió en un baño. Las imágenes fueron un desastre. López Obrador repuntó.
El PRI logró recuperarse luego que uno de los asesores de López Obrador fue grabado pidiéndole a un empresario US$6 millones para financiar la campaña de su candidato, que estaba corta de fondos, lo que presuntamente habría violado las leyes mexicanas. Pese a que el hacker dice desconocer el origen de esa grabación en particular, Sepúlveda y su equipo habían interceptado las comunicaciones del asesor Luis Costa Bonino durante meses. (El 2 de febrero de 2012, Rendón le envío tres direcciones de correos electrónicos y un número de celular de Costa Bonino en un correo titulado “Trabajo”). El equipo de Sepúlveda deshabilitó el sitio web personal del asesor y dirigió a periodistas a un sitio clonado. Ahí publicaron lo que parecía ser una extensa defensa escrita por Costa Bonino, que sutilmente planteaba dudas sobre si sus raíces uruguayas violaban las restricciones de México sobre la participación de extranjeros en elecciones. Costa Bonino abandonó la campaña pocos días después. Recientemente señaló que sabía que estaba siendo espiado, solo que no sabía cómo. Son gajes del oficio en Latinoamérica: “Tener un teléfono hackeado por la oposición no es una gran novedad. De hecho, cuando hago campaña, parto del supuesto de que todo lo que hable por teléfono va a ser escuchado por los adversarios”.
La oficina de prensa de Peña Nieto declinó hacer comentarios. Un vocero del PRI dijo que el partido no tiene conocimiento alguno de que Rendón hubiese prestado servicios para la campaña de Peña Nieta o cualquier otra campaña del PRI. Rendón afirma que ha trabajado a nombre de candidatos del PRI en México durante 16 años, desde agosto de 2000 hasta la fecha.
En 2012, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, sucesor de Uribe, inesperadamente dio inicio a las conversaciones de paz con las FARC, con la esperanza de poner fin a una guerra de 50 años. Furioso, Uribe, cuyo padre fue asesinado por guerrilleros de la FARC, formó un partido y respaldó a un candidato independiente, Óscar Iván Zuluaga, quien se oponía al diálogo.
Rendón, que trabajaba para Santos, quería que Sepúlveda fuera parte de su equipo, pero este último lo rechazó. Consideró que la disposición de Rendón para trabajar con un candidato que apoyaba un acuerdo de paz con las FARC era una traición y sospechaba que el asesor estaba dejando que el dinero fuera más fuerte que sus principios. Sepúlveda señala que la ideología era su principal motivación, luego venía el dinero, y si su fin hubiera sido enriquecerse, podría haber ganado mucho más hackeando sistemas financieros en vez de elecciones. Por primera vez, decidió oponerse a su mentor.
Sepúlveda se sumó al equipo de la oposición y le reportaba directamente al jefe de campaña de Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos. (Zuluaga niega conocimiento alguno del hackeo; Hoyos no pudo ser contactado para dar comentarios). Sepúlveda señala que juntos elaboraron un plan para desacreditar al presidente al mostrar que las guerrillas seguían dedicadas al narcotráfico y la violencia, pese a que hablaban de un acuerdo de paz. Transcurridos algunos meses, Sepúlveda había hackeado los teléfonos y cuentas de correos electrónicos de más de 100 militantes, entre ellos el líder de las FARC Rodrigo Londoño, también conocido como Timochenko. Tras elaborar un grueso archivo sobre las FARC, que incluía evidencia sobre cómo el grupo suprimía los votos de campesinos en zonas rurales, Sepúlveda accedió a acompañar a Hoyos a los estudios de un programa de noticias de TV en Bogotá y presentar la evidencia.
Quizás no fue muy astuto trabajar de forma tan obstinada y pública en contra de un partido en el poder. Un mes después, Sepúlveda fumaba un cigarillo en la terraza de su oficina en Bogotá cuando vio acercarse una caravana de vehículos policiales. Cuarenta agentes del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía de Colombia vestidos de negro allanaron su oficina y lo arrestaron. Sepúlveda dice que su descuido en la estación de TV fue lo que condujo a su arresto. Cree que alguien lo delató. En tribunales, usó un chaleco antibalas y estuvo rodeado de guardias. En la parte trasera del tribunal hombres sostenían fotografías de sus familiares y pasaban sus dedos sobre sus gargantas, simulando cortar sus cuellos, o ponían sus manos sobres sus bocas dando a entender que debían mantener silencio o atenerse a las consecuencias. Abandonado por sus antiguos aliados, terminó por declararse culpable de espionaje, hackeo y otros crímenes a cambio de una sentencia de 10 años.
Tres días después de llegar a la cárcel La Picota en Bogotá, visitó al dentista y fue emboscado por hombres con cuchillos y navajas, pero fue socorrido por los guardias. Una semana más tarde, los guardias lo despertaron y lo sacaron rápidamente de su celda, señalando que tenían información sobre un plan para dispararle con una pistola con silenciador mientras dormía. Luego que la Policía Nacional interceptó llamadas telefónicas que daban cuenta de un nuevo complot, fue enviado a confinamiento solitario en una cárcel de máxima seguridad ubicada en una deteriorada zona del centro de Bogotá. Duerme con una manta antibalas y un chaleco antibalas al lado de su cama, detrás de puertas a prueba de bombas. Guardias van a verlo cada hora. Como parte de su acuerdo con la fiscalía, dice que se ha convertido en testigo del gobierno y ayuda a investigadores a evaluar posibles casos contra el ex candidato Zuluaga y su estratega Hoyos. Las autoridades emitieron una orden para el arresto de Hoyos, pero según informes de la prensa colombiana él escapó a Miami.
Cuando Sepúlveda sale a reuniones con fiscales en el búnker, la sede central de la Fiscalía General de Colombia, viaja en una caravana armada que incluye seis motocicletas que atraviesan la capital a 60 millas por hora y colapsan las señalas de teléfonos celulares a medida que transitan para bloquear el rastreo de sus movimientos o la detonación de bombas a lo largo del camino.
En julio de 2015, Sepúlveda se sentó en un pequeño patio central del Búnker, se sirvió un café de un termo y sacó un paquete de cigarrillos Marlboro. Dice que desea contar su historia porque la gente desconoce el alcance del poder que ejercen los hackers en las elecciones modernas o el conocimiento especializado que se requiere para detenerlos. “Yo trabajé con presidentes, personalidades públicas con mucho poder e hice muchísimas cosas que finalmente, de absolutamente ninguna me arrepiento porque lo hice con plena convicción y bajo un objetivo claro, acabar las dictaduras y los gobiernos socialistas en Latinoamérica", señala. "Yo siempre he dicho que hay dos tipos de política, la que la gente ve y la que realmente hace que las cosas pasen, yo trabajaba en la política que no se ve”.
Sepúlveda dice que se le permite usar un computador y una conexión a internet monitoreada como parte de un acuerdo para ayudar a la Fiscalía a rastrear y alterar a carteles de drogas empelando una versión de su software Depredador de Redes Sociales. El Gobierno no confirmó ni negó que tenga acceso a un computador o el uso que le da a este. Sepúlveda dice que ha modificado el software Depredador de Redes Sociales para contratacar el tipo de sabotaje que solía ser su especialidad, entre otras cosas tapar los muros de Facebook y los feeds de Twitter de los candidatos. Utilizó su software para analizar 700.000 tweets de cuentas de partidarios de ISIS para aprender qué se necesita para ser un buen reclutador de terroristas. Sepúlveda dice que el programa ha podido identificar a reclutadores de ISIS minutos después de haber creado cuentas de Twitter y comenzar a publicar y espera poder compartir la información con Estados Unidos u otros países que luchan contra el grupo islamista. Una firma independiente evaluó muestras del código de Sepúlveda y determinó que eran auténticas y sustancialmente originales.
Las afirmaciones de Sepúlveda respecto a que operaciones de este tipo ocurren en todos los continentes son plausibles, dice David Maynor, quien dirige una compañía de servicios de control de seguridad en Atlanta, llamada Errata Security. Maynor que de vez en cuando recibe solicitudes para trabajos relacionados a campañas electorales. Le han pedido que su compañía obtenga correos electrónicos y otros documentos de los computadores de candidatos, aunque el nombre del cliente final nunca es revelado. “Esas actividades ocurren en Estados Unidos, y ocurren todo el tiempo”, indica.
En una ocasión a Maynor se le pidió robar datos a modo de realizar un control de seguridad. Pero el individuo no pudo demostrar una conexión real con la campaña cuya seguridad deseaba poner a prueba. En otra oportunidad, un posible cliente le encargó un informe detallado sobre cómo rastrear los movimientos de un candidato cambiando el iPhone de un usuario por un dispositivo clonado e interceptado. “Por razones obvias, siempre rechazamos estas solicitudes”, indica que Maynor, quien no quiso nombrar a los candidatos involucrados.
Tres semanas después del arresto de Sepúlveda, Rendón fue obligado a renunciar a la campaña de Santos en medio de acusaciones en la prensa sobre cómo había aceptado US$12 millones de narcotraficantes y se los había entregado al candidato, hecho que él niega.
Según Rendón, funcionarios colombianos lo interrogaron poco tiempo después en Miami, lugar donde reside. Rendón señala que los investigadores colombianos le preguntaron sobre Sepúlveda y les dijo que la participación de Sepúlveda se limitaba al desarrollo de sitios web.
Rendón niega haber trabajado con Sepúlveda de forma significativa. “Él dice que trabajó conmigo en 20 lugares y no, no lo hizo”, afirma Rendón. “nunca le pagué un peso”.
El año pasado, medios colombianos señalaron que según fuentes anónimas Rendón trabajaba para la campaña presidencial de Donald Trump. Rendón dice que los informes son falsos. La campaña se acercó a él, pero los rechazó porque le desagrada Trump. “Según tengo entendido, no estamos familiarizados con este individuo”, señala la vocera de Trump, Hope Hicks. “No había escuchado su nombre, y tampoco lo conocen otros altos miembros de la campaña”. Sin embargo, Rendón dice estar en conversaciones con otra de las principales campañas presidenciales de Estados Unidos - no quiso decir cuál - para comenzar a trabajar con ellos una vez que concluyan las primarias y comiencen las elecciones generales.
—Con Carlos Manuel Rodríguez y Matthew Bristow
Hace unos días, Pedro García, del grupo de Facebook “La verdad te hará libre”, me invitó a responder a una serie de preguntas sobre temas generales que suelen discutir y tratar entre los miembros de su grupo. La entrevista ya está publicada en la red, y me ha parecido interesante reproducirla aquí, en el blog, para los que podáis estar interesados. Algunas respuestas son largas, así que dividiremos la entrevista en un par de artículos para que no se haga tan pesado. Aquí la tenéis.
Pedro: Personalmente, la intuición me ha metido en algunos apuros, pero con el tiempo he comprobado que era el mejor camino, aunque fuese difícil; ¿la conexión con la intuición requiere un aprendizaje que contiene muchas caídas, como puede ser el aprender a andar o montar en bici?…en caso afirmativo, ¿qué señales nos pueden mostrar que hemos madurado en nuestra conexión intuitiva?…
David: La cuestión es quizás definir que consideramos por intuición, ya que puede que en algunos casos estemos hablando de sensaciones recibidas de nuestro Yo superior, o de mensajes de aquello que llamamos nuestros guías espirituales, o de impresiones que vengan de nuestro propio subconsciente, o recuerdos de nuestro niño interior, etc. Así que, a veces, uno tiene sensaciones o “intuiciones” que provienen de fuentes “mentales” o internas y otras que provienen de fuentes, digamos, “espirituales” y externas, y aprender a diferenciarlas también nos ayuda a sentir que es más oportuno en cada momento. En general, lo que te ayuda a discernir si esa intuición es correcta o no es la sensación de certeza que se tiene al notarla. Uno “sabe” sin ningún genero de dudas que eso que siente o nota es 100% correcto, aunque no le puedas explicar ni demostrar a nadie porqué es correcto o de que forma lo sabes. Esto está relacionado con ciertos procesos internos en el ser humano, los llamados centros de control y los chakras, donde, por ejemplo, el octavo chakra, correspondiente al centro intelectual superior de las personas, si está abierto y desarrollado correctamente, te permite sin genero de duda poder discernir entre lo que es verdad y correcto, y lo que no lo es, simplemente procesando la energía de lo percibido. Así que, por un lado, y volviendo a la pregunta, si, la intuición requiere de un aprendizaje, si, el aprendizaje de autoobservarse, y ver que es lo que uno está sintiendo, y aprender a confiar y buscar esa “certeza” que es sinónimo de comunicación interna recibida con éxito, al menos tal y como lo vengo experimentando yo.
Pedro: ¿Podrías decirnos algún ejercicio sencillo con el que podamos entrenar nuestra intuición, y al mismo tiempo poder ir comprobando nuestros progresos, nuestros aciertos?….
David: Escúchate a ti mismo todo el rato ante toda situación que se te presente en la vida, cuando pidas orientación y consejo para algo, escucha lo que sientes y percibes en ti, y busca la sensación de certeza, de confiabilidad y de seguridad interna que es lo que te dice que “eso” es correcto. No es un análisis lógico ni racional, aquí quien actua es la parte intuitiva y “energética”.
Pedro: Algunas enfermedades tienen origen físico, como una lesión, pero muchas tendrían origen no físico, si aprendiéramos a hacernos una higiene energética total, al igual que la hacemos física, podrías consultar en lo que llaman Registros Akashicos si una total higiene energética podría aumentar nuestra esperanza de vida, o incluso ralentizar mucho el envejecimiento?
David: Creo que el concepto de registro akashico tal y como creo que lo estás usando difiere algo en lo que yo uso para hacer sanaciones, o la forma en la que yo lo explico en mis cursos, aunque es un tema complejo. Digamos que puesto que todos somos seres multidimensionales, todos tenemos a disposición propia el cúmulo de información y conocimiento sobre nuestro estado físico, evolutivo, espiritual, energético, etc., y a ese cúmulo de información yo le llamo mi “propio registro akashico”. Pero esto se encuentra en algo que nosotros (en Sanación Akashica) llamamos nuestro Yo Superior, así que nuestro propio registro akashico, no es más que la suma total de información disponible sobre mi mismo en el interior de otra parte de mi, mi Yo Superior, de mi ser, de otras partes de aquello que soy. Así que, con esto en mente, todo lo que comentas es correcto, es decir, podemos acceder a esos otros niveles de nosotros mismos para averiguar el estado energético de nuestros cuerpos sutiles, chakras, sistema de canales, matriz etérea, etc., etc., y bajar la información de ahí para hacer el diagnostico de cual es la raíz de aquello que me ha generado el problema, la enfermedad, o disfunción a resolver. Una vez se aprende o se obtiene la habilidad de conectar, sentir, percibir esta información, se puede usar para cualquier cosa, así que podemos preguntar por todo lo que comentas. Otra cosa es que la respuesta que venga nos guste o no, sea de nuestro agrado o simplemente nos diga (esa parte de ti mismo a ti mismo) que eso “no toca”, pero simplemente porqué todo depende del camino evolutivo, misión y propósito, objetivos, lecciones y experiencias a vivir. Si uno quiere vivir más o ralentizar su envejecimiento, hay que empezar por cuidarse al máximo, tanto a nivel físico, etérico, emocional, mental, causal,etc., es decir, hay que trabajar en el conjunto multidimensional de lo que somos. Y, por supuesto, estoy seguro que la conexión con tu Yo Superior te puede servir para entender que cambios en tu estilo de vida, hábitos de salud, alimentación, hábitos energéticos, etc., te pueden venir bien para ese objetivo.
Pedro: Creo entender que si enfocas tu atención en un suceso, persona, etc., y consigues conectar con los Registros Akashicos, se puede obtener información referente a ello, ¿sientes realmente algún tipo de sensación o señal que en cierto modo te de seguridad de que la información que has recibido es totalmente fiable?…
David: De nuevo, puesto que, desde mi forma de enfocar el tema, trabajamos con una parte de nosotros mismos, que llamamos nuestro Yo Superior o nuestro Ser o con múltiples otros nombres en diferentes escuelas, con las debidas técnicas o protocolos de trabajo uno puede preguntar cualquier cosa, y luego trabajar con la información recibida. Pero de nuevo, es que esta conexión es “hacía dentro” de la persona, hacía uno mismo, y no hacía nada externo. ¿Cómo saber que es fiable? Toda lectura tiene que ser coherente, clara, concisa, resonar con la energía de la “verdad”, y sentir la “certeza” de la que hablábamos antes, algo que se consigue trabajando y desarrollando el sistema energético, los chakras, los canales que todos tenemos para conectar con otros niveles dimensionales. Se que es fácil que se nos cuelen procesos mentales por medio, que la imaginación se desboque y que nuestros propios procesos subconscientes entren en juego. Personalmente, al usarlo para hacer sanación y terapia energética, intento comprobar y sentir que el diagnóstico que me están dando tiene sentido, cuadra con los acontecimientos en mi vida que han podido llevar a ese problema energético, es coherente con otros bloqueos o problemas energéticos que tengo y no contradecirse, o al menos, me tiene que cuadrar todo y toda la información tiene que tener un sentido en su conjunto. A veces uno aprende por prueba y error a discernir cuando hay filtros, interferencias y procesos externos metiéndose en medio de la información y cuando la información está relativamente “limpia” de ellos. La mente siempre nos juega malas pasadas cuando uno no deja que la parte intuitiva tome las riendas en estos casos, ya que la duda prevalece y cuesta deshacerse de los procesos mentales que nos dicen que “si no lo veo, no lo creo”.
Pedro: Afirmas que el tiempo es simultáneo; tanto Pasado, como Presente y Futuro, existen simultáneamente, y por tanto se pueden influir entre ellos. Mi visión sobre esto es que hay sucesos tanto en el Pasado como en el Futuro, que tienen distintos niveles de energía, y por tanto, para cambiarlos, hay que dedicarles distintos niveles de energía, La vida sería por tanto una mezcla de Destino, y de Libre Albedrío, donde el Destino lo formarían los sucesos con más energía asociada (y por tanto más difíciles de cambiar), y el Libre Albedrío los sucesos con poca energía, (fácilmente modificables), ¿Nos podrías dar tu visión sobre esto?
David: Esta es una de las cosas que más nos cuesta entender cuando hablamos del concepto del tiempo, que, en un nivel que no podemos actualmente percibir, todo está sucediendo de forma simultánea. Pasados, presentes y futuros coexisten en un “eterno ahora” para aquellos puntos de vista que se encuentran fuera del nivel en el que estamos nosotros, donde nuestra construcción mental y vibracional, nos hace percibir el tiempo como una sucesión lineal de eventos y sucesos, que, en realidad, si los viéramos desde otro punto de vista fuera de estas limitaciones espacio-temporales, veríamos que están todos ocurriendo de forma simultánea.
Para ayudar a cambiar esta percepción lineal imaginemos que todo el conjunto de nuestra existencia, de todas las vidas que hemos tenido, estamos teniendo y tendremos, son como las canciones de un CD o de un disco de vinilo. Cada una de las canciones grabadas en este disco representa una de nuestras encarnaciones, una de nuestras vidas. Para nosotros, algunas canciones están “antes”, y les llamamos, vidas “pasadas”, y otras, están “después” en el disco, y les llamamos vidas “futuras”. Sin embargo, para los seres o entidades fuera de las limitaciones de un cuerpo físico, y por supuesto para nuestro Yo Superior, todas las canciones están ya sucediendo a la vez, todas están dentro del mismo disco, todas están ya grabadas y todas son simultáneas. Lo único que determina qué punto del disco es el “presente”, es donde se encuentra la aguja o laser de lectura, es decir, donde se encuentra focalizada tu “conciencia” en este momento. Todo lo que tú percibes ahora es tu “presente”, todo lo que está “antes” es tu pasado, y todo lo que está después, es tu futuro. Si lo miramos dentro de la misma “canción”, se trata de eventos pasados y de eventos futuros que ya hemos escuchado o que aún no han “sonado”, si se trata de pistas o canciones paralelas, son vidas que hemos dejado atrás, y otras que aún están por venir.
Para ayudar a cambiar esta percepción lineal imaginemos que todo el conjunto de nuestra existencia, de todas las vidas que hemos tenido, estamos teniendo y tendremos, son como las canciones de un CD o de un disco de vinilo. Cada una de las canciones grabadas en este disco representa una de nuestras encarnaciones, una de nuestras vidas. Para nosotros, algunas canciones están “antes”, y les llamamos, vidas “pasadas”, y otras, están “después” en el disco, y les llamamos vidas “futuras”. Sin embargo, para los seres o entidades fuera de las limitaciones de un cuerpo físico, y por supuesto para nuestro Yo Superior, todas las canciones están ya sucediendo a la vez, todas están dentro del mismo disco, todas están ya grabadas y todas son simultáneas. Lo único que determina qué punto del disco es el “presente”, es donde se encuentra la aguja o laser de lectura, es decir, donde se encuentra focalizada tu “conciencia” en este momento. Todo lo que tú percibes ahora es tu “presente”, todo lo que está “antes” es tu pasado, y todo lo que está después, es tu futuro. Si lo miramos dentro de la misma “canción”, se trata de eventos pasados y de eventos futuros que ya hemos escuchado o que aún no han “sonado”, si se trata de pistas o canciones paralelas, son vidas que hemos dejado atrás, y otras que aún están por venir.
Cuando hacemos predicciones de futuro o leemos lo que llamamos vidas pasadas, estamos accediendo mediante nuestra conciencia, a otras pistas del disco que están perfectamente activas en su propio marco de referencia. ¿Se pueden modificar los pasados y los futuros? Perfectamente. No tienes más que enfocar tu conciencia o punto de referencia en una de esas pistas o canciones del CD, y hacer los cambios que desees en ella. Cuando sanamos bloqueos que provienen de vidas simultáneas, estamos haciendo precisamente esto.
Según el punto de acceso en el cual hayas intervenido, habrás creado una ola de eventos que se irán modificando los unos a los otros como fichas de dominó cambiando toda la canción entera. Lo que pasa es que cuando accedes a otro punto del espacio tiempo y lo modificas, lo que estás haciendo es crear en muchos casos una canción paralela igual o prácticamente igual a la canción actual que estabas modificando, en la cual unos ciertos eventos ya han sucedido (están escritos en el surco del vinilo y forman parte de una parte de esa vida- canción) y otros nuevos son generados como resultado de la modificación. Es decir, no se puede modificar un evento real y manifestado del pasado en tu línea temporal, ya que cuando lo modificas, creas una nueva línea temporal con las nuevas repercusiones de esa modificación, pero no te afectan a ti (a tu pasado lineal) porque se transmiten por otra línea temporal a la cual tú no estás conectado.
Estás nuevas canciones duplicadas son lo que llamamos vidas paralelas en otras dimensiones. Cada vez que se modifica un evento que nosotros percibimos como el pasado, puede generarse una línea nueva paralela de ese evento, pero no puede verse alterada la línea temporal que nosotros conocemos. Así, es perfectamente factible poder conectar con tu Yo Futuro dentro de tu mismo surco, que tiene a su vez múltiples sub-surcos que representan las múltiples posibilidades que tienes por venir. Esos sub-surcos (todos dentro de la misma canción actual), aparecen y desaparecen a medida que vas avanzando por la vida y se manifiestan unos eventos u otros dependiendo de tu libre albedrio, pero en algún nivel de un súper disco de vinilo, todas las posibilidades están ya “grabadas”, pero, son infinitas, así que lo único que tienes que hacer es poner tu aguja en el sub-surco que más te convenga, para dirigir tu vida por la parte de la canción que desees. Esto es lo que hacemos cuando tratamos los temas de creación consciente de nuestra realidad, elegimos el sub-surco más adecuado en cada momento de forma que se vaya creando la canción que deseamos.
Y lo mismo para las otras canciones, nuestras otras encarnaciones. Puedes conectar con una canción pasada, una vida pasada según nuestro punto de vista, simultánea desde el punto de vista de nuestro Yo Superior con todas las otras, y percibir cosas que están sucediendo en ese surco. No tenemos el potencial para ello a gran escala, nosotros no, pero seres o entidades fuera de las limitaciones de nuestro entorno 3D sí. Es de esperar que, en algún momento, nosotros percibamos de igual forma todo el continuo espacio temporal como lo que es, un eterno ahora sucediendo todo en el mismo momento.
Continuará…
Información y Opinión
Los ricos, al consumir alimentos orgánicos, vivirán más que los pobres, que comen basura
Nota
Las diferencias entre pobres y ricos se acentúan y se amplían a ámbitos nuevos, como la alimentación, la salud y la esperanza de vida. Los últimos informes de la FAO ya reflejan que los ricos están consumiendo cada vez más alimentos orgánicos y sanos, mientras que los pobres, al comer basura y productos transgénicos, tienen menos calidad y esperanza de vida.
Los pobres, hasta ahora disfrutaban menos de la vida, pero a partir de ahora tendrán también menos vida que los ricos.
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Quizás el mundo, a lo largo de su Historia, nunca fue tan desigual e injusto como en el presente. Las diferencias entre pobres y ricos no se perciben únicamente en las viviendas, los yates y los vehículos de alta gama, sino que se acentúan y se amplian invadiendo nuevos ámbitos como las vatales salud y alimentación.
Mientras los ricos del mundo consumen alimentos sanos y orgánicos, los pobres, cuando se alimentan, lo hacen con basura transgénica. Muy pronto los ricos tendrán más esperanza de vida que los pobres.
La conciencia y la humanidad han desaparecido casi por completo del liderazgo mundial, que se está haciendo cada día más descarado e injusto. Las diferencias abismales entre pobres y ricos, antes consideradas como una vergüenza que debe ocultarse y suprimirse, ahora se exhiben sin vergüenza. Puede leerse en los periódicos y se ven en los telediarios que los cien ciudadanos más ricos del mundo acumulan tanta riqueza como los cinco mil millones de personas más pobres de la población mundial, más de la mitad de los humanos vivos.
Puede constatarse fácilmente que los ricos son mimados por las leyes y que hasta pagan menos impuestos que los miembros de las clases medias y trabajadores. La riqueza desproporcionada era antes considerada como un accidente anómalo o una injusticia, pero ahora se la considera una bendición y se aprueban leyes para que los ricos sean tratados con mimo y residan en determinados países, verdaderos paraísos fiscales para los que poseen riqueza.
Pero lo más escandaloso es que las diferencias ya son muy ostentosas y están presentes en terrenos vitales de la vida humana, como la sanidad y los alimentos. Los cultivos transgénicos pueden ser nocivos, según numerosos científicos y expertos, pero se están produciendo en masa porque dan mejores cosechas. Esos alimentos son reservados para los pobres, mientras los ricos consumen cada vez más alimentos cultivados de manera orgánica y natural, sin pesticidas mortales y sin veneno en sus células.
Pronto, esas diferencias en la alimentación tendrán un claro reflejo en la calidad y esperanza de vida. Los ricos vivirán mas años y con mejor calidad que los pobres. Si los políticos siguen ab¡vanzando hacia la ignominia con el mismo ritmo, tal vez pronto veamos que los pobres mueren como chinches y los ricos se acercan a la inmortalidad.
Como ya ocurrió en el pasado, dentro de la comunista URSS y en sus países satélites, las mayores desigualdades se producen hoy en uno de los pocos comunismos que subsisten: China. La élite política y millonaria de China goza de la máxima seguridad de los alimentos: productos orgánicos, ganado alimentado con pastos de Mongolia, arroz libre de pesticidas, de productos químicos o de organismos genéticamente modificados. Si se compara esa alimentación con el suministro de alimentos de los ciudadanos comunes, cargado de pesticidas, químicos industriales y organismos genéticamente modificados, salta el más implacable escándalo de la desigualdad humana. Hay bastantes niños chinos que han enfermado y muerto al consumir ciertos productos lacteos y fórmulas para bebés contaminadas y la ceguera y la muerte en adultos se extienden por consumir licores falsos y alimentos poco saludables.
Mientras los ricos del mundo consumen alimentos sanos y orgánicos, los pobres, cuando se alimentan, lo hacen con basura transgénica. Muy pronto los ricos tendrán más esperanza de vida que los pobres.
La conciencia y la humanidad han desaparecido casi por completo del liderazgo mundial, que se está haciendo cada día más descarado e injusto. Las diferencias abismales entre pobres y ricos, antes consideradas como una vergüenza que debe ocultarse y suprimirse, ahora se exhiben sin vergüenza. Puede leerse en los periódicos y se ven en los telediarios que los cien ciudadanos más ricos del mundo acumulan tanta riqueza como los cinco mil millones de personas más pobres de la población mundial, más de la mitad de los humanos vivos.
Puede constatarse fácilmente que los ricos son mimados por las leyes y que hasta pagan menos impuestos que los miembros de las clases medias y trabajadores. La riqueza desproporcionada era antes considerada como un accidente anómalo o una injusticia, pero ahora se la considera una bendición y se aprueban leyes para que los ricos sean tratados con mimo y residan en determinados países, verdaderos paraísos fiscales para los que poseen riqueza.
Pero lo más escandaloso es que las diferencias ya son muy ostentosas y están presentes en terrenos vitales de la vida humana, como la sanidad y los alimentos. Los cultivos transgénicos pueden ser nocivos, según numerosos científicos y expertos, pero se están produciendo en masa porque dan mejores cosechas. Esos alimentos son reservados para los pobres, mientras los ricos consumen cada vez más alimentos cultivados de manera orgánica y natural, sin pesticidas mortales y sin veneno en sus células.
Pronto, esas diferencias en la alimentación tendrán un claro reflejo en la calidad y esperanza de vida. Los ricos vivirán mas años y con mejor calidad que los pobres. Si los políticos siguen ab¡vanzando hacia la ignominia con el mismo ritmo, tal vez pronto veamos que los pobres mueren como chinches y los ricos se acercan a la inmortalidad.
Como ya ocurrió en el pasado, dentro de la comunista URSS y en sus países satélites, las mayores desigualdades se producen hoy en uno de los pocos comunismos que subsisten: China. La élite política y millonaria de China goza de la máxima seguridad de los alimentos: productos orgánicos, ganado alimentado con pastos de Mongolia, arroz libre de pesticidas, de productos químicos o de organismos genéticamente modificados. Si se compara esa alimentación con el suministro de alimentos de los ciudadanos comunes, cargado de pesticidas, químicos industriales y organismos genéticamente modificados, salta el más implacable escándalo de la desigualdad humana. Hay bastantes niños chinos que han enfermado y muerto al consumir ciertos productos lacteos y fórmulas para bebés contaminadas y la ceguera y la muerte en adultos se extienden por consumir licores falsos y alimentos poco saludables.
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Miércoles, 30 de Marzo 2016
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Ni DISCIPLINA PARTIDARIA, la
columna de Hoenir
Sarthou:
VIOLENCIA: ¿ASPIRINA O
ANTIBIÓTICOS?
La lista de crímenes violentos de las últimas
semanas provocó, por fin, una reacción sensata
desde el sistema político. El senador Pablo Mieres propuso que gobierno y
oposición se reúnan para acordar políticas y emitir una señal fuerte sobre el
tema, y, aparentemente, su propuesta no sería desoída por el gobierno ni por el
resto de los partidos. En realidad, Mieres dijo algo aún más interesante.
Señaló que el objeto de los acuerdos debería comprender a las políticas de
seguridad pero no agotarse en ellas.
El planteo, que parece haber tenido eco también en las autoridades de la Iglesia Católica, no podía llegar en un momento más oportuno. Porque, desde hace tiempo, el país se viene polarizando en dos visiones contrapuestas e igualmente estériles.
Existe, por un lado, un discurso muy influyente en las esferas oficiales, según el cual la violencia delictiva es consecuencia de circunstancias sociales (pobreza, exclusión) y no debe ser tratada con métodos represivos, porque ello significaría “criminalizar a la pobreza” y estigmatizar aún más a los jóvenes excluidos.
Por otro lado, crece en el país una reacción visceral que reclama mano dura contra la delincuencia. Las propuestas de las principales fuerzas de oposición política, cambio de ministro, aumento de penas, mayor número de policías, intervención del ejército, supresión de salidas transitorias de los presos, son apenas una expresión pasteurizada y edulcorada de ese clamor sordo que exige la adopción de medidas drásticas, incluso aunque sean injustas, para controlar a la delincuencia violenta.
El discurso semioficial de los derechos humanos y la anti estigmatización, si bien siempre fue minoritario y tiene cada vez menos aceptación en el grueso de la población, ha logrado mantenerse hasta ahora porque es sustentado por las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, con lo que ha logrado el estatus de discurso “políticamente correcto” y ha permeado a buena parte del gobierno y de los operadores jurídicos. Es un discurso crítico frente al modelo clásico del derecho penal, que, sin embargo, no tiene una propuesta alternativa para el tratamiento del delito.
En realidad, la tesis de fondo de ese discurso “semioficial” sigue siendo cierta: la delincuencia “chica” (no hablamos acá de la delincuencia “de cuello blanco”) tiene causas sociales, esencialmente la pobreza y la marginalidad cultural. La consecuencia lógica de esa tesis es –debería ser- que la violencia delictiva debe ser prevenida con políticas sociales y educativas que combatan radicalmente la pobreza y la marginalidad cultural. Y ahí está el problema y la incongruencia. Porque las políticas sociales y educativas de los gobiernos frenteamplistas no han sido orientadas en esa dirección o han sido sumamente ineficaces para esos fines.
No hay misterios: la violencia y el delito se previenen con educación y trabajo. Por eso, un país en el que dos terceras partes de los chiquilines no terminan la enseñanza secundaria, y en el que las políticas sociales se orientan a transferir dinero en lugar de a promover la cultura del trabajo, es sencillamente una bomba de tiempo. Si a eso le sumamos que, para los muchachos nacidos en contextos de pobreza, la forma más fácil de acceder a buenos ingresos y a la consideración social es la venta de sustancias ilegales, es inevitable que se crezcan extensos sectores sociales que tienen a la violencia y al delito como formas naturales de vida.
En el fondo, la eclosión de violencia y de delincuencia que experimentamos es consecuencia de dos cosas. Por un lado, el quiebre social que significó el cierre de las industrias durante el período neoliberal de los años 90 en adelante. Y, por otro, el fracaso de las políticas sociales y educativas que adoptó el Frente Amplio en los últimos once años.
Es muy tentadora la idea de aplicar políticas radicales del tipo “tolerancia cero”. Ya andan circulando en las redes sociales comentarios sobre los modelos penales de países como Singapur, donde la pena de muerte y la prisión perpetua se aplican casi para cualquier delito. Pero, ¿somos conscientes del tipo de sociedad que generan esas políticas? ¿Cuántos de nosotros y de nuestros hijos, de clase media y más o menos educados, nos libraríamos de penas terribles si se aplicara “tolerancia cero” ante el consumo de ciertas sustancias o ante actos realizados bajo el efecto del alcohol? ¿Y qué pasaría en caso de errores o excesos judiciales o policiales? ¿Lo han pensado bien los partidarios de la “tolerancia cero”? ¿Realmente estamos dispuestos a vivir bajo semejante régimen de terror?
El derecho penal tiene una función que cumplir, porque –como sabemos desde hace más de treinta años- la impunidad de las violaciones al derecho no trae nada bueno. Pero la vía de la represión pura es doblemente inviable. Por un lado, porque, si miles y miles de chiquilines siguen criándose en ámbitos en los que el delito y la violencia son la regla, llegará un punto (no muy lejano) en que los juzgados y las cárceles serán insuficientes para reprimir y sancionar a los infractores. Y, por otro lado, porque –no nos engañemos- la policía, como cualquier fuerza que se destine a la represión de negocios lucrativos, es un ámbito demasiado propenso a la corrupción y a la complicidad con el delito.
Por muchas razones, entonces, para la idiosincrasia uruguaya, el camino de fondo es otro. Es el de la educación y la cultura del trabajo. Un camino arduo, porque hay que revertir muchos años de abandono educativo, pérdida de cultura del trabajo y marginalidad cultural.
Este enfoque recibe habitualmente dos objeciones. La primera es la de quienes no ven o no creen que la violencia y el delito estén directamente ligados a los problemas educativos y a las políticas sociales. La segunda es la de los apurados y “pragmáticos”, los que dicen “eso que decís es cierto, pero lleva mucho tiempo, y hay que hacer algo ya”.
Según el saber o la creencia popular, ante una infección, uno puede tomar aspirina o antibióticos. La aspirina disimula rápidamente los síntomas, pero deja crecer la infección. Los antibióticos, aunque demoren en hacer efecto, pueden combatir a los gérmenes causantes del mal. Del mismo modo, la violencia delictiva puede ser tratada combatiendo sólo los síntomas, mediante una “aspirina” policial, o atacando sus causas, mediante el “antibiótico” de políticas educativas y sociales adecuadas.
Se me dirá que no hay contradicción entre las dos cosas. Y es verdad, teóricamente no la hay. Pero, por alguna razón, los dos discursos que disputan públicamente sobre el tema son incapaces de articular las políticas represivas inmediatas (la aspirina) con las políticas sociales y educativas de largo aliento (los antibióticos). Uno se niega porfiadamente a reprimir el delito y el otro abomina de las políticas preventivas y sólo clama por mano dura policial y judicial. El resultado es que se neutralizan mutuamente y así estamos como estamos.
Ojalá, si prospera la idea y se abre un diálogo político y social sobre el tema, se lo aborde en su doble dimensión, la inmediata y la mediata, sabiendo que eso implica no sólo revisar la gestión policial sino también hacer cambios serios en las políticas sociales y educativas. De lo contrario seguiremos perdiendo tiempo y vidas.
El planteo, que parece haber tenido eco también en las autoridades de la Iglesia Católica, no podía llegar en un momento más oportuno. Porque, desde hace tiempo, el país se viene polarizando en dos visiones contrapuestas e igualmente estériles.
Existe, por un lado, un discurso muy influyente en las esferas oficiales, según el cual la violencia delictiva es consecuencia de circunstancias sociales (pobreza, exclusión) y no debe ser tratada con métodos represivos, porque ello significaría “criminalizar a la pobreza” y estigmatizar aún más a los jóvenes excluidos.
Por otro lado, crece en el país una reacción visceral que reclama mano dura contra la delincuencia. Las propuestas de las principales fuerzas de oposición política, cambio de ministro, aumento de penas, mayor número de policías, intervención del ejército, supresión de salidas transitorias de los presos, son apenas una expresión pasteurizada y edulcorada de ese clamor sordo que exige la adopción de medidas drásticas, incluso aunque sean injustas, para controlar a la delincuencia violenta.
El discurso semioficial de los derechos humanos y la anti estigmatización, si bien siempre fue minoritario y tiene cada vez menos aceptación en el grueso de la población, ha logrado mantenerse hasta ahora porque es sustentado por las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, con lo que ha logrado el estatus de discurso “políticamente correcto” y ha permeado a buena parte del gobierno y de los operadores jurídicos. Es un discurso crítico frente al modelo clásico del derecho penal, que, sin embargo, no tiene una propuesta alternativa para el tratamiento del delito.
En realidad, la tesis de fondo de ese discurso “semioficial” sigue siendo cierta: la delincuencia “chica” (no hablamos acá de la delincuencia “de cuello blanco”) tiene causas sociales, esencialmente la pobreza y la marginalidad cultural. La consecuencia lógica de esa tesis es –debería ser- que la violencia delictiva debe ser prevenida con políticas sociales y educativas que combatan radicalmente la pobreza y la marginalidad cultural. Y ahí está el problema y la incongruencia. Porque las políticas sociales y educativas de los gobiernos frenteamplistas no han sido orientadas en esa dirección o han sido sumamente ineficaces para esos fines.
No hay misterios: la violencia y el delito se previenen con educación y trabajo. Por eso, un país en el que dos terceras partes de los chiquilines no terminan la enseñanza secundaria, y en el que las políticas sociales se orientan a transferir dinero en lugar de a promover la cultura del trabajo, es sencillamente una bomba de tiempo. Si a eso le sumamos que, para los muchachos nacidos en contextos de pobreza, la forma más fácil de acceder a buenos ingresos y a la consideración social es la venta de sustancias ilegales, es inevitable que se crezcan extensos sectores sociales que tienen a la violencia y al delito como formas naturales de vida.
En el fondo, la eclosión de violencia y de delincuencia que experimentamos es consecuencia de dos cosas. Por un lado, el quiebre social que significó el cierre de las industrias durante el período neoliberal de los años 90 en adelante. Y, por otro, el fracaso de las políticas sociales y educativas que adoptó el Frente Amplio en los últimos once años.
Es muy tentadora la idea de aplicar políticas radicales del tipo “tolerancia cero”. Ya andan circulando en las redes sociales comentarios sobre los modelos penales de países como Singapur, donde la pena de muerte y la prisión perpetua se aplican casi para cualquier delito. Pero, ¿somos conscientes del tipo de sociedad que generan esas políticas? ¿Cuántos de nosotros y de nuestros hijos, de clase media y más o menos educados, nos libraríamos de penas terribles si se aplicara “tolerancia cero” ante el consumo de ciertas sustancias o ante actos realizados bajo el efecto del alcohol? ¿Y qué pasaría en caso de errores o excesos judiciales o policiales? ¿Lo han pensado bien los partidarios de la “tolerancia cero”? ¿Realmente estamos dispuestos a vivir bajo semejante régimen de terror?
El derecho penal tiene una función que cumplir, porque –como sabemos desde hace más de treinta años- la impunidad de las violaciones al derecho no trae nada bueno. Pero la vía de la represión pura es doblemente inviable. Por un lado, porque, si miles y miles de chiquilines siguen criándose en ámbitos en los que el delito y la violencia son la regla, llegará un punto (no muy lejano) en que los juzgados y las cárceles serán insuficientes para reprimir y sancionar a los infractores. Y, por otro lado, porque –no nos engañemos- la policía, como cualquier fuerza que se destine a la represión de negocios lucrativos, es un ámbito demasiado propenso a la corrupción y a la complicidad con el delito.
Por muchas razones, entonces, para la idiosincrasia uruguaya, el camino de fondo es otro. Es el de la educación y la cultura del trabajo. Un camino arduo, porque hay que revertir muchos años de abandono educativo, pérdida de cultura del trabajo y marginalidad cultural.
Este enfoque recibe habitualmente dos objeciones. La primera es la de quienes no ven o no creen que la violencia y el delito estén directamente ligados a los problemas educativos y a las políticas sociales. La segunda es la de los apurados y “pragmáticos”, los que dicen “eso que decís es cierto, pero lleva mucho tiempo, y hay que hacer algo ya”.
Según el saber o la creencia popular, ante una infección, uno puede tomar aspirina o antibióticos. La aspirina disimula rápidamente los síntomas, pero deja crecer la infección. Los antibióticos, aunque demoren en hacer efecto, pueden combatir a los gérmenes causantes del mal. Del mismo modo, la violencia delictiva puede ser tratada combatiendo sólo los síntomas, mediante una “aspirina” policial, o atacando sus causas, mediante el “antibiótico” de políticas educativas y sociales adecuadas.
Se me dirá que no hay contradicción entre las dos cosas. Y es verdad, teóricamente no la hay. Pero, por alguna razón, los dos discursos que disputan públicamente sobre el tema son incapaces de articular las políticas represivas inmediatas (la aspirina) con las políticas sociales y educativas de largo aliento (los antibióticos). Uno se niega porfiadamente a reprimir el delito y el otro abomina de las políticas preventivas y sólo clama por mano dura policial y judicial. El resultado es que se neutralizan mutuamente y así estamos como estamos.
Ojalá, si prospera la idea y se abre un diálogo político y social sobre el tema, se lo aborde en su doble dimensión, la inmediata y la mediata, sabiendo que eso implica no sólo revisar la gestión policial sino también hacer cambios serios en las políticas sociales y educativas. De lo contrario seguiremos perdiendo tiempo y vidas.
8 Inseguridades que todos los hombres tienen
Cuando un hombre no puede admitir que algo malo pasa, no es raro, es lo más natural que puede suceder. Cuando por fin lo acepta puede sorprender a más de uno. La figura masculina se ha cruzado con muchos estereotipos durante años y hoy, con una apertura mayor en los temas de género y de sexualidad, los clichés se están rompiendo. Hay quienes se están adaptando de manera rápida y fácil, pero hay otros que se convierten en esclavos del pasado, que no entienden las nuevas libertades y eso los condena a repetir patrones del pasado, entre ellos muchas inseguridades difíciles de entender.
Los hombres no lloran, no se quejan, mantienen a su familia, soportan todo, siempre pagan y un sinfín de etcéteras. Incluso actitudes machistas buscan ser defendidas por medio de la tradición y aunque el camino es largo, hay quienes comienzan a dejar atrás esas cuestiones. Tal vez se debe comenzar poco a poco y al mostrar las inseguridades que muchos hombres tienen, puede que las cosas cambien y tomen un camino mucho más digno y equitativo.
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Ego
No es malo tener seguridad en uno mismo, pero siempre se ha recomendado la humildad. A muchos hombres no se les dice que deben ser mejores, se les exige la perfección y la excelencia, por lo que muchas veces llegan a chocar con paredes imposibles de romper al ver a otras personas que logran lo que ellos y muchas otras cosas cuando en su realidad eso debería ser imposible. Se trata de intentar ser el mejor, pero también de ser empáticos, de entender que no somos los únicos en el mundo y que siempre habrá alguien mejor que nosotros en lugar de verlo como algo hiriente. Ese debería ser un reto a superar.
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Dinero
Generaciones de hombres tuvieron que hacerse cargo de familias gigantescas siendo ellos el único soporte. Hoy las cosas son distintas, pero lamentablemente hay quienes crecen pensando que eso aún se debe hacer. En primer lugar, la economía está peor que nunca, por lo que es una pésima idea intentar ser el único sustento. En segundo, las mujeres son capaces de lograr lo mismo, por lo que compartir con tu pareja los gastos no debe ser un problema hoy. No es malo, no se hace por necesidad ni por orgullo, simplemente es como las cosas funcionan.
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Intelecto
Al igual que el ego, el intelecto es engañoso, pues hay quienes pueden pasar horas estudiando e intentando aprender, mientras que hay algunos que parece que estudian 10 minutos antes de un examen y dominan el tema como si se tratara de algo con lo que han crecido toda la vida. Siempre hay hambre de más y es bueno, pero no hay que mortificarse por no lograr aprender y hacer todo lo que es posible en el mundo, pues aunque dicen que las posibilidades son infinitas, no podemos tenerlas todas.
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Trascendencia
Hombres y mujeres queremos dejar un legado en el mundo y muchas veces la preocupación por eso evita que vivamos en el presente. Después de la muerte no sabemos qué nos espera, pero obsesionarnos con la forma en que seremos recordados implica dejar de existir en el presente, vivir para algo que no disfrutaremos en lugar de simplemente apreciar lo que tenemos y lo que vivimos.
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Hijos
Para muchos esto es lo que marca la trascendencia. Hay quienes esperan que sus hijos sean exactamente lo que ellos quieren, que se conviertan en una copia mejorada de lo que fueron y que actúen como ellos lo esperan. Si algo de eso no sucede, sienten que han fallado. Hay quienes apelan al instinto y creen que deben tener todos los hijos posibles para así demostrar que pueden. Tener hijos debe ser con el propósito de criar personas autónomas, no para resolver problemas de identidad y narcisismo.
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Parejas sexuales
Para algunos es muy importante tener un numero alto de parejas sexuales, tal como si se tratara de un trofeo. Acostarse con alguien no debe implicar subirse el ego, se trata de algo que dos personas hacen porque lo desean. Nada más triste que tener sexo con alguien sólo por arrogancia o incluso antes de terminar pensar qué número representa en una patética “lista”.
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Edad en la que perdieron la virginidad
Después de hacerlo a pocos les importa, pero durante la adolescencia (algunos después y otros incluso antes) éste es un tema crucial que puede dejar secuelas psicológicas. Hay quienes lo toman como una competencia y no se trata de ser el primero en hacerlo, sino de no ser el último. Parece que los ritos de iniciación no han terminado, pues muchos consideran esto como el camino para convertirse en un hombre y eso muchas veces crea relaciones sentimentales caducas, innecesarias y dolorosas.
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Tamaño
Entre chistes, pláticas curiosas y confesiones, el tema del tamaño del pene muchas veces es mencionado. Hay quienes tratan de evitarlo, otros que mienten e incluso algunos que buscan comenzar esa conversación. El tamaño se discute en sitios de Internet, en películas y hasta libros. A pesar de que la respuesta suele ser: “Sí importa pero no es para tanto”, parece que éste será un tema que siempre consternará a los hombres.
Parece que todo se puede resumir en que los hombres deben ser más conscientes de sí mismos, alejarse de los clichés, ser más empáticos y dejar atrás los complejos sexuales innecesarios. Este tipo de problemas no desaparece de la noche a la mañana, pero es posible que entendiendo lo que nos afecta negativamente, sirva para cambiar ymejorar en el futuro.
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Fuente: doctornerdlove
- See more at: http://culturacolectiva.com/8-inseguridades-que-todos-los-hombres-tienen/#sthash.1civYqd7.dpufCuando el enemigo se esconde en las ONG's
En su último libro, Espectros del capitalismo (Capitán Swing), Arundahti Roy analiza, entre otras muchas cuestiones, la perversa influencia de las ONG's en la India y en general en todo el mundo, se trata de una tesis que ya adelantó el sociólogo estadounidense James Petras hace veinte años.
18/ENE/2016
En su último libro, Espectros del capitalismo (Capitán Swing), Arundahti Roy analiza, entre otras muchas cuestiones, la perversa influencia de las ONG's en la India y en general en todo el mundo, se trata de una tesis que ya adelantó el sociólogo estadounidense James Petras hace veinte años. En los tiempos actuales, en los que las intervenciones militares van precedidas de campañas mediáticas de convencimiento y muchas revoluciones son diseñadas y teledirigidas desde el poder, las ONG's han demostrado cumplir un gran papel como agentes reaccionarios. El espectro es amplio. Tenemos al premio Nobel y Príncipe de Asturias Muhammad Yunus con sus microcréditos que han llevado el endeudamiento y la usura a los más pobres. Las empresas de microfinanzas en la India son responsables de cientos de suicidios.
Desde los países ricos, toda una legión de fundaciones, convenientemente financiadas por grandes corporaciones se dedican a apoyar programas, proyectos, cursos y becas “políticamente correctas” desde la óptica neoliberal. Quienes no se ajusten a sus patrones ideológicos son desprovistos de fondos y marginados de universidades y foros internacionales. El resultado es un discurso monocorde de una única ideología que lo abarca todo, que ha colonizado todo lo cotidiano y que hace impensable propuestas o iniciativas a contracorriente del modelo dominante. Armadas con sus miles de millones, estas ONG's no cesan de convertir a potenciales revolucionarios en sumisos activistas remunerados. Artistas, intelectuales, escritores, cineastas... abandonan una confrontación radical para sumarse al discurso de un progresismo descafeinado sustentado en elementos como el multiculturalismo, la igualdad de género, desarrollo comunitario, políticas identitarias, tolerancia sexual. Como ya señaló Petras, se trata de causas y valores que generan un consenso bastante amplio e indiscutible, pero que no enfrentan el sistema económico y político dominante y, en cambio, sirven para canalizar una reivindicación que podría apuntar contra los pilares del modelo. Un ejemplo son algunas organizaciones de derechos humanos con su equidistancia entre ejército israelí y Hamas, Estado colombiano y guerrilla, Cuba y Estados Unidos, OTAN y gobierno sirio.
Con el movimiento feminista ha sucedido algo parecido, se impone un feminismo liberal desligado de los movimientos populares de base anticapitalistas y antiimperialistas, y ahora se limita a denunciar la violencia de género, las condiciones de las trabajadoras del sexo, las aberraciones medievales en algunas culturas o el sexismo en la publicidad. Pero nada que preocupe o dañe al modelo neoliberal dominante.
Como denuncia brillantemente Owen Jones en Chavs. La demonización de la clase obrera (Capitán Swing), la pobreza se enmarca en un problema de identidad. Nada de clases sociales, y mucho menos de lucha de clases, el discurso de la progresía occidental, influenciada por el aparato ideológico de las ONG's, gira en torno a las minorías étnicas, culturales o sexuales. La guerra entre ricos y pobres ha desaparecido de la agenda y del imaginario de la nueva izquierda del primer mundo. De ahí que el trabajador explotado europeo, blanco y católico solo se siente identificado por su nacionalidad, raza y religión y, en consecuencia, acaba en la ultraderecha.
Y así se termina llegando a que el Centro Martin Luther King, nacido en homenaje a quien terminó asesinado por comprender y combatir las conexiones entre capitalismo, imperialismo, racismo y la guerra de Vietnam, haya terminado copatrocinando un ciclo de conferencias titulado “El sistema de libre empresa: un agente para el cambio social no violento”. Un ejemplo de la eficacia de las donaciones de las Fundaciones Ford y Rockefeller.
Pascual Serrano es periodista. Su último libro es La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! (Península)
Www.pascualserrano.net
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Lo que los cubanos no saben, y no saben que no saben
Una reportera del Miami Herald cuenta su experiencia en La Habana
No tenían idea de lo que es un Teleprompter
Sorprendió el fuerte aislamiento de los cubanos, aunque solo están a 45 de Miami
LA HABANA
A pocos pasos de la Esquina Caliente, la zona del Parque Central de La Habana donde los hombres se reúnen a toda hora para discutir del pasatiempo favorito en la isla, la pelota, un marino de 54 años que dijo llamarse Manuel de Jesús Richards Adams admiraba el ornamentado teatro al otro lado de la calle. Esperaba poder ver al presidente Barack Obama.
El ahora famoso discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana estaba programado para el día siguiente, y Richards no tenía idea porque la agenda del mandatario en la capital cubana era un misterio.
“¿Sabes si está allí?”, me preguntó. “¿Sabes cuándo viene?”
En Cuba, la gente sencillamente no sabe.
Y no era solo sobre el itinerario de Obama, aunque la falta de información detallada sobre su visita parecía particularmente asombrosa dado el entusiasmo de los cubanos sobre su vista.
En la calle más transitada de La Habana Vieja, Obispo, Alexander Noriega, de 34 años, vendía pequeñas tallas de madera que hace su tío, en un pequeño mercado de artesanía. Pareció sorprendido al enterarse que Obama había dado una conferencia de prensa unos momentos antes, junto al líder cubano Raúl Castro, quien se vio obligado a responder un par de preguntas de reporteros.
“Seguro que lo pasan más tarde”, dijo Noriega con confianza, refiriéndose a la televisión estatal. Esa suposición resultó ser parcialmente correcta: un canal del gobierno trasmitió la conferencia de prensa conjunta, pero sin las inconvenientes preguntas que le hicieron a Castro sobre los presos políticos.
En Cuba la gente no sabe que no sabe lo que no sabe.
Durante el discurso de Obama, Jesús Magán y su esposa, María Lastres, se asombraban que un presidente pudiera dar un discurso tan largo sin un texto escrito delante. No tenían idea de lo que es un Teleprompter. Aunque el diario oficial Granma se apresuró a señalar el día siguiente que Obama sí estaba leyendo.
Mientras yo esperaba una tarde a la delegación de Philip Levine, alcalde de Miami Beach, su guía cubana me preguntó por qué me había ido de Venezuela, el país donde nací y pasé mi niñez. La delincuencia, le dije. Fue la respuesta más concisa que pude encontrar. Ella nunca había escuchado del altísimo índice de delincuencia en Caracas.
“No entiendo”, dijo, asombrada. Se refería al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. “¿Eso fue cuando Chávez? ¡Porque Chávez era el mejor!” Traté de explicarle. “No entiendo”, respondió. “Nunca nos dijeron nada de eso”.
Los cinco días que pasé en La Habana la semana pasada —mi primera visita a la capital cubana— me dejaron una fuerte impresión del aislamiento en que viven los cubanos, aunque estén a 45 minutos en avión de Miami.
Yo había estado en Cuba una vez, hace seis meses, para cubrir en Holguín la visita del papa Francisco. Pero pensé que en La Habana, con su gran cantidad de turistas y por ser una ciudad más grande, me sentiría menos aislada. Pero no fue así: aunque hay más establecimiento y conexiones Wi-Fi, esos servicios están dirigidos más a los extranjeros que a los cubanos.
“Aquí vivimos una vida sencilla”, me dijo la guía de Levine.
Algunos turistas le han dicho que quieren experimentar Cuba “antes que cambie”, como si los cubanos fueron un museo o animales en un zoológico detenidos en el tiempo. Esta es la Cuba antes de los cambios: Estudiantes de la Universidad Tufts que viajaban con Levine y se quedaban en apartamentos alquilados a través de Airbnb, se dieron cuenta rápidamente que no hay CVS, ni 7-Eleven, ni siquiera un mercadito donde puedan comprar agua embotellada o algo ligero de comer. (Cuando una familia les ofreció jugo de guayaba casero, les subrayaron que lo habían preparado con agua hervida).
Turistas estadounidenses le dicen que les gusta el ritmo de vida relajado de los cubanos, porque en Estados Unidos la gente no dedica mucho tiempo a hablar con los demás, como hacen los cubanos en Cuba. Allí, dijo ella, los estadounidenses pueden compartir sin prisa una comida. Lo que no dijo: en restaurante que la mayoría de los cubanos no puede darse el lujo de visitar, sin que los molesten los correos electrónicos y los teléfonos móviles, ni las búsquedas en Google que la inmensa mayoría de los cubanos no pueden desactivar porque no tienen acceso a eso.
Antes de mi viaje, un colega y yo planeábamos escribir historias paralelas sobre el discurso de Obama que veríamos en televisión, en Miami y La Habana. Cada uno escogeríamos un lugar público digamos, un restaurante en Hialeah, y recogeríamos las observaciones de los televidentes al mismo tiempo, para comprar experiencias en ambos lados del Estrecho de la Florida.
Cuando llegué a Cuba, le pregunté a varias personas a dónde podía ir para esta experiencia. Todos se me quedaron mirando raro. ¿Un lugar público de reunión para ver un discurso político junto con otros cubanos? ¿Fuera de hoteles y restaurantes para turistas?
Quizás el gobierno colocará pantallas gigantes en alguna parte, me dijo esperanzado un hombre, como hizo durante la Copa Mundial del 2014.
Pero eso solo pasa con Lionel Messi. El hombre tuvo que ver a Obama por TV solo en su casa.
hace 2 horas
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